Los padres de Dylan, de solo dos meses, notaron que algo iba mal cuando al pequeño comenzó a parpadearle un ojo y dejó de mover uno de sus brazos. Lo llevaron rápidamente a urgencias del Hospital Doce de Octubre de Madrid, donde, tras hacerle una resonancia, activaron el Código Ictus. En seguida Dylan estaba en quirófano y gracias a esa rápida intervención no tendrá secuelas de por vida. El infarto cerebral se lo había producido un trombo en la arteria media izquierda, la más grande del cerebro y del hemisferio dominante, el izquierdo, el que controla el habla y el movimiento. Dylan, que ya tiene cinco meses, es el paciente más joven del mundo en someterse con éxito a una intervención de este tipo.