Pedro Alonso es uno de los actores españoles más populares del momento gracias al éxito planetario de ‘La casa de papel’. Su papel de Berlín en la serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix, le ha propulsado al estrellato. A nuestro encuentro acude rompiendo el estereotipos que se le presuponen a los artistas que surfean en la cresta de la ola.

Empecemos por la pregunta que todo el mundo se hace desde que acabó la segunda temporada y así zanjamos la cuestión. ¿Berlín está vivo o muerto?

Berlín es ahora un santo, jajajajjaja.

¿Cuándo, cómo y por qué decide dedicarse a la interpretación?

La vocación me entró a los 16 años, haciendo teatro en el colegio. Lo decidí sin ningún tipo de antecedente familiar, ni referencias, con lo que en realidad era una marcianada.

Sus padres quizá pensarían que lo suyo era una locura pasajera propia de un adolescente...

A mí a estas alturas ser actor todavía me parece un milagro. Esta profesión es en muchos aspectos dura, la industria es cruel, el mercado laboral es inestable, tienes que acostumbrarte a vivir en la eventualidad perpetua, en algún momento te irá bien, en otros mal, en ocasiones estarás literalmente muerto... Pero si después de haber muerto, resucitas, resulta que llega un día, 23 años después, que sigues dedicándote a ser actor.

¿Es éste el momento de su vida en el que más está disfrutando?

Este es un momento en el que me están pasando cosas buenas, inesperadísimas, algunas difíciles de creer,. Pero a esto le doy un valor relativo porque ya me han pasado suficientes cosas en la profesión como para mirarlo con distancia y distinguir el humo de la experiencia. Pero sí es verdad que esto es algo muy loco, que te conozcan en todo el mundo: Inglaterra, Francia, Italia, países árabes... Hoy tengo la opción de participar en experiencias que hace solo unos años me parecían imposibles: ¡poder trabajar para un público potencial de 150 millones de personas!

¿Que el éxito le haya llegado en la madurez le lleva a encajarlo de otra forma?

Cuando hice mi primera película, Alma Gitana, ya me reportó una popularidad circunstancial. He tenido otros momentos como ese, que inmediatamente pasan y que no significan nada más allá de tu experiencia particular. Haber tenido esa perspectiva ayuda.

Tras 23 años, ¿se ve otros tantos en la profesión?

Sí. Lo de esa gente que desea jubilarse no lo entiendo. Yo me veo toda la vida haciendo esto. Ahora bien, esto es hoy un concepto más amplio. Lo puedo hacer como actor pero también estoy pintando y escribiendo, y no quiero decir que sea pintor o escritor. Mi forma de mirar tiene ahora un ancho de banda mayor que antes. Yo me veo haciendo algo creativo el resto de mi vida.

Tiene un hermano mellizo. ¿Ha pensado alguna vez que usted podría ser él y él ser el actor de familia?

Bueno, está claro que mi hermano es la versión decente de la familia y yo el error del sistema, jajajaja.