Irene Rosales ya cuenta las horas para su entrada en 'Gran Hermano DÚO'. La sevillana se enfrenta a uno de los mayores retos de su vida: encerrarse en la casa de Guadalix de la Sierra ante un número indeterminado de concursantes y rodeada de cámaras.

Emocionada y agobiada a partes iguales, la esposa de Kiko Rivera llegaba a Madrid junto a su pareja para preparar las horas previas a su entrada en 'GH DÚO'. Arropada por un gran número de fans y periodistas, Irene salía de la estación de Atocha explicando que no sabe muy bien lo que la gente va a ver de ella en este reality: "No te puedo decir porque nunca he estado en esa situación, no te pudo decir ahora mismo, pero voy a darlo todo y a disfrutar mucho".

Y es que una de las cosas más difíciles para Irene y Kiko ha sido separarse de sus hijas. Mientras la familia de Rosales se ocupa de las pequeñas Ana y de Carlota, sus padres tratarán de llegar lo más lejos posible en este concurso, algo con lo que cuenta Irene: "Vamos a intentar hacerlo lo mejor posible".

Un adiós que ha sido muy triste para Irene: "Yo estoy muy nerviosa, ya me he pegado mi primer llanto al separarme de mis niñas, lo he pasado muy mal pero bueno, ya hemos dado el paso, venimos a disfrutar, a olvidarnos de lo que se queda fuera, en el buen sentido y a darlo todo".

Un deseo de disfrutar que también llega por parte de Isabel Pantoja: "Nos ha dicho que seamos nosotros mismos y que duremos, que estemos unidos y nada, que disfrutemos mucho".