Me pregunto si Miguel Ángel Revilla es un sabueso que olfatea como nadie dónde puede brillar, y sobre todo a qué programa le falta ir para tirarse en plancha y decirle sí a la productora y dejarse caer como el que quiere la cosa.

Ansia viva de fama, diría el personaje de José Mota. No hay plató que se le resista. No hay formato que ignore. ¿Se imaginan a un presidente autonómico en ´Ven a cenar conmigo´? Si el presidente o la presidenta no son Revilla, no, pero si son Revilla, ahí está él anchoa en mano, verbo florido, y receta económica, social, política y medio pensionista repartida para todo. Y así es. Don Miguel Ángel Revilla el televisivo parece que dirige Cantabria bajo los focos de un plató de televisión. No le va mal. Empezó en la tele, en el mundo del espectáculo, yendo a Madrid en taxi y regalando sardinas. Hoy es una estrella.

Otros sabuesos, los ´Sabuesos´ de La 1, serie que la televisión pública estrenó el martes, también tienen gana de fama. Por si no lo saben, la serie cuenta la bonita historia de un aspirante a detective, el actor Salva Reina, que tiene un aliado, digamos, raro, un poco marciano. Seamos claros, un perro que habla. Eso sí, el perro es la leche. No sólo le da a la lengua sino que tiene un olfato detectivesco la mar de acentuado. La parte del amor y el deseo no resuelto la suple ´Sabuesos´ con María Esteve, cuñada del protagonista. No hay que buscarle cinco patas al perro, no, ni mucho menos. Y así me dispuse a verla en la calurosa noche de verano. Pero se ve que la inoportuna llamada de teléfono me paró en seco. Cuando a los pocos minutos volví a ´Sabuesos´ sólo veía a un chucho haciendo el canelo y a unos humanos que actuaban muy pasados de rosca. Y me fui a la cama.