Que la televisión comercial se convirtió hace tiempo en una casa de citas, no es un mal chiste sino una perogrullada. Mediaset hace el agosto los doce meses del año con espacios que se basan, literalmente, en los intríngulis de las citas sexuales y amorosas. Y gustan, vaya si gustan. De lo contrario, no durarían tanto.

A los diarios ‘Mujeres, hombres y viceversa’ y ‘First dates’ se ha sumado este verano ‘Me quedo contigo’. Con este espacio presentado por Jesús Vázquez (menudo papelón) el concepto de chabacanería ha tocado techo, o fondo, que al final son lo mismo. Quien no haya visto alguna de sus cinco entregas emitidas hasta la fecha no sabe hasta dónde ha llegado el nivel de la televisión en nuestro país. Pero basta. Levantemos un poco el nivel de esta columna, aunque sea a base de las otras citas, esas máximas que algún día fueron pronunciadas a propósito del medio televisivo. «La televisión es el espejo donde se refleja el fracaso de todo nuestro sistema cultural» (Federico Fellini).

«La televisión es el único somnífero que se toma por los ojos» (Vittorio de Sicca). «La inspiración es la televisión» (Andy Warhol). «La televisión es maravillosa. No sólo produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontraremos las pastillas que lo aliviarán» (Bette Davis). Seis, ocho millones de espectadores.

Esas son cifras con las que nunca pudo soñar ningún director teatral o novelista, y menos aún Esquilo, Sófocles y Eurípides» (Fernando Fernán Gómez). «La televisión es un invento que permite que seas entretenido en tu salón por gente que nunca tendrías en casa» (David Frost). «Hoy no salir en la televisión es un signo de elegancia» (Umberto Eco). «Donde funciona un televisor, seguro que hay alguien que no está leyendo» (John Irving). Así más fino que en Mediaset.