Estoy seguro de que no tiene que ver una cosa con otra. Pero voy a intentar llevar a mi terreno el titular a ver qué pasa. Juntar Concha Velasco con Paquirrín, con el patán de Isabel Pantoja por muy pinchadiscos o cantante de discotecas que sea, de extrarradio y fiestas de pueblo donde alcaldes horteras dilapidan el dinero que no es suyo propalando el mal gusto a espuertas.

Este pájaro se ha encerrado en Guadalix con una señora, no sé si es la suya, una que pasaba por allí, o algún apaño ocasional, para concursar junto a otras parejas amañadas o no en la última cagada de Telecinco, 'Gran hermano dúo', y allí estará hasta que le salga de las pelotas y se infle a ganar dinero. Digo bien. Se infle, más de lo que ya está aunque creo que ha reducido sus lorzas. Kiko Rivera gana a la semana, según he leído, cerca de 45.000 euros. Repito, 45.000 euros. Y la parienta 35.000. O así.

De hecho aceptaron acudir al estercolero sin fin de la cadena de Mierdaset porque así no sólo estarían juntos sino que los dos llevarían dinerito a casa. Dinerito que serviría para que el popular juglar pague sus débitos a Hacienda. Coño, ya tengo el vínculo. Concha Velasco, la gran actriz, la gran artista, también le debe a Hacienda unos cuartos que ha de pagar, como es lógico.

Por eso cuando le preguntan cómo se presenta su futuro ella no duda en responder que «no puedo retirarme, tengo que pagar a Hacienda», es decir, como Paquirrín. Eso sí, hay una, enorme, dolorosa, clarificadora, definitiva diferencia. Concha Velasco conseguirá su dinero subida al escenario, con casi 80 años, dando vida a su personaje en ‘El funeral’, dirigida por su hijo Manuel Velasco. Paquirrín conseguirá 45.000 euros a la semana tocándose los cojones…