Un gesto que cada vez se vuelve menos cotidiano en un mundo digitalizado: abrir el buzón al llegar a casa. Y, en lugar de una factura o una comunicación del banco, que hasta ellos han dejado de escribir, te encuentras al fondo un sobre manuscrito, manoseado y manchado. Podría ser el inicio de un relato de suspense, de una película romántica, incluso de ciencia ficción. Porque el sobre que recogió en su casa la zamorana María José Zurrón había llegado con 14 años de retraso a su destino. “Es una felicitación navideña de un familiar al que, por cierto, hace mucho tiempo que no veo y que reside en Barcelona”. El primer pensamiento al ver la postal con su motivo navideño y purpurina includios era inevitable: “Ya está bien que se haya demorado seis meses” y haya llegado a mitad de año, a las puertas del verano.

La sorpresa, sin embargo, iba mucho más allá: el encabezamiento reza: “Barcelona, 17 de diciembre de 2007. Los deseos, besos y abrazos, perfectamente caligrafiados, se escribieron 14 años atrás y, según el matasellos, fueron franqueados dos días más tarde, el 19 de diciembre, como prueba el matasellos. Media vida en la que el mundo ha cambiado tanto como la propia trayectoria de las dos protagonistas de la carta.

La felicitación que llegó con retraso

La felicitación que llegó con retraso Cedida

 “Ha tardado 14 años en llegar a su destino. En 2007 salía de Barcelona con el propósito de desearnos de felicidad y, hasta ahora, no lo había logrado. Llevo días imaginando qué hubiera pasado si el remitente hubiese sido un ser querido que ya no estuviese aquí. Seguramente yo estaría buscando mensajes ocultos en esas simples palabras, como si se tratase de resolver un anagrama, analizando las manchas de suciedad del sobre como un test de Rorschach o las mismísimas caras de Bélmez”, reflexiona Zurrón en sus redes sociales. “¿Qué hubiese pasado si esa carta fuese la última oportunidad de un gran amor, o la felicitación fuera acompañada de una participación de lotería premiada?” con el Gordo de Navidad, se pregunta. Ha llovido desde que la carta se escribió. Por entonces apenas asomaba antes la gran crisis económica y las pandemias como el COVID que aún nos acecha, eran cosa de película de serie B. Hasta faltaban tres años para que España ganara el Mundial de Sudáfrica.

La explicación de Correos

La zamorana cuenta que fue a Correos más por curiosidad que por reclamar: "Me dijeron que todo este tiempo debió estar en el fondo de una saca, olvidada, con otro montón de cartas encima que sí llegaron a destino. Al director le sorprendió mucho el sello”, el dedicado al canario de la serie Flora y Fauna de España emitida en 2007. Treinta céntimos costaba entonces el franqueo interprovincial, hoy cuesta más del doble, 0,65. Catorce años después, cual Delorean de papel, la carta regresó al futuro y lo hizo sin recargo pese al desfase de tarifas. Así lo prueba el reverso donde figuran hasta tres matasellos con fecha 3 de junio de 2021. María José anda estos días localizando a su familiar para contarle la peripecia de una carta de Navidad extraviada, como Chencho el de "La familia". Solo que al protagonista de la película española lo encontraron por Nochebuena y la felicitación desde Barcelona se demoró hasta San Juan de 14 años después. Así que, en vista de lo sucedido, la destinataria va a tirar ahora de teléfono para hablar con María, la remitente, desechando tinta y papel. Teme tener que esperar a 2035 para ponerla al día si la narración de la aventura queda sepultada en el fondo de una saca, entre requerimientos y facturas del recibo de la luz.