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Carmelo

Formentera, al mejor postor

¿No nos damos cuenta, sí o no? Formentera se está desvirtuando. Estamos asistiendo a la incursión de grandes firmas internacionales, desde champán de lujo hasta cerezas aderezadas de modernez, que han puesto su punto de mira en esta isla de 82 kilómetros cuadrados, con una carretera de 20 kilómetros de largo, de la Savina a la Mola, y que no se puede estirar. El caso es que en este mundo en el que la apariencia, el escaparate, el marketing es capaz de transformar en exitoso un producto vacío, esas grandes firmas se han dado cuenta de que Formentera vende más de lo que pensaban. Por eso la utilizan, manipulan y se parapetan en el topónimo para salir en los carteles durante el verano y luego desaparecer con los beneficios. Actualmente este territorio es uno de los más deseados del Mediterráneo. Unos se frotan las manos y los empresarios locales empiezan a ver con preocupación las orejas al lobo. Que el notario de Formentera dé fe del espectacular aumento de las transacciones de bienes inmuebles de lujo en el último año de pandemia es para reflexionar. Pero que además corrobore lo que las patronales locales han dicho, con la boca pequeña, es a tener en cuenta. Los grupos de inversión, ciegos e interesados, están ejerciendo cada vez más presión en este territorio e influyendo de una forma decisiva en la especulación y el aumento del precio de los bienes raíces, todo un despropósito en una isla limitada y en gran parte protegida. Este año el Consell tiene ante sí un reto y es sacar el concurso de uno de los negocios más deseados para los empresarios como son los servicios de playa en la isla con las mejores playas de Europa y del mundo. Quioscos, escuelas de vela, lotes de hamacas y sombrillas se venderán al mejor postor para la temporada 2022 y allí estarán esos grupos de intereses, ajenos a la isla, para sacar los beneficios que pueden exprimir de Formentera, ante la mirada atónita de sus moradores, que luego se lamentarán.

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