—¿Qué hace un actor como tú en una película como ésta?

—Todavía me lo pregunto. Creo que hay algo que me decía a mí mismo que debía estar aquí. Conocí a David durante el estreno de ´Aislados´ en Madrid. Fui por Adrià [Collado], que era compañero mío de serie. Me sorprendió mucho su actitud cuando dejó ´Aquí no hay quien viva´ por esa película sin presupuesto. Me pareció tan valiente esa actitud que quería ver qué era eso tan interesante que le hacía tomar esa decisión. Cuando fui al estreno me sorprendió porque lo vi como una forma diferente de hacer cine, de contar una historia, tenía un lenguaje distinto y me gustó. Me pareció un proyecto muy valiente y divertido. Me sorprendió cómo estaban los actores. Me pareció uno de los mejores trabajos que le había visto a Adrià. Después de ver la película me puse a hablar con David. Le dije todo esto y te prometo que no recuerdo bien si fui yo el que le dijo ´llámame para la próxima´ o si él me dijo ´te llamaré para la próxima´. El caso es que me llamaron.

—¿Ha sido complicado encontrar un hueco para ´Desechos´?

—Pues en un principio estaba complicado porque tenía una película, de hecho la sigo teniendo pero se retrasó, con Max Lemcke, el director de ´Casual Day´. Se llama ´Cinco metros cuadrados´ y es un guión maravilloso. No voy a dejar de hacer esa película por nada del mundo. Y además tengo teatro. Comienzo a ensayar el día 15 de agosto en Madrid. El caso es que me mandaron el guión de ´Desechos´ y me hizo mucha gracia. Pensaban ofrecerme un personaje pequeño como al resto de los actores que vienen, y yo recuerdo que le dije a David [Marqués] que me gustaba Soto. David me explicó que era un protagonista. ´Y no vas a hacer un protagonista con nosotros, ¿no?´, me preguntó. Me han dicho que hasta última hora dudaban de que realmente fuera a venir, pero soy un tío de palabra y me había comprometido. Lo único que les pedí es que tenía que estar en Madrid como muy tarde el 5 de agosto porque quería llegar, tomar conciencia y respirar un poco antes de meterme en los ensayos. Y también que estando aquí me diesen tiempo para estudiarme la obra de teatro. Lo aceptaron y no pude decir que no. Estoy contento. Además, me apetecía muchísimo volver a trabajar con Adrià y con Quique [Eric Francés], que es un amigo. En fin, que se reunían una serie de circunstancias muy atractivas que me han hecho estar aquí.

—¿Y se puede estudiar y trabajar en Ibiza en verano?

—Hay que ponerle mucha fuerza de voluntad. He salido, porque es inevitable, te lo ponen en bandeja. Tengo la suerte de tener muchos amigos de Córdoba y Madrid aquí y a medida que se van enterando de que estoy en la isla me van llamando. Es muy difícil rechazar una invitación y yo todavía me siento muy joven, a pesar de no serlo ya tanto. Me considero muy fiestero, me gusta mucho la fiesta. Igual es porque durante mi juventud y adolescencia trabajé muchísimo. Tenía que madrugar y era un empleo muy sacrificado, en una pescadería. Eso no me permitía hacer la vida de un chaval normal, así que ahora es como que quiero recuperar todo el tiempo perdido.

—¿Vuelve al teatro porque necesitabas un cambio?

—Vuelvo al teatro porque lo necesitaba. Tengo un par de películas para el año que viene, y además surgió la posibilidad de hacer una serie con Lola Dueñas y Tristán Ulloa. Me daba mucha pereza regresar a televisión. Me ofrecían el personaje de un transexual, y encima con Lola, que a parte de ser mi mejor amiga es, sin ninguna duda, una de las mejores actrices que hay en España. La mejor. Y también estaban Salvador Calvo, que es un director cojonudo, y Miguel Albaladejo. Se juntan tantas cosas que piensas ´tendré que volver a televisión y encima depilarme todos los días y ponerme una peluca´. Pero no. Hace tiempo que tenía la necesidad de hacer teatro, pero lo que me ofrecían no me interesaba. Antes había estado con Animalario y, cuando haces teatro con ellos y te gusta su manera de hacerlo, luego es muy difícil que te ofrezcan algo que te seduzca. Pero de repente aparece una productora que me da la posibilidad de elegir la función, los actores, el director, el adaptador… Y es imposible decir que no.

—¿Y qué va a hacer?

—Les hablé de una función que había visto en Londres, ´Piedras en los bolsillos´, de la irlandesa Mary Jones. Josep Maria Pou y Josep Maria Flotats quisieron comprar los derechos y no lo consiguieron. Al cabo del tiempo nosotros lo intentamos y nos los han dado. La adapta Juan Cabestany, que me permite tener ahí un vínculo con Animalario, la dirige Hernan Gené, que dirigió hace unos años la maravillosa ´Horacios y curiáceos´, que se llevó un montón de premios Max. Desde que vi esa función quería trabajar con él. Estoy muy ilusionado, como un niño pequeño. Es la primera vez que voy a hacer gira, porque con Animalario sólo actué en Madrid y Barcelona. Me llevo las manos a la cabeza porque ya tenemos tres meses en Madrid y 60 bolos vendidos. Es una fortuna. Voy a poner el alma en ello.

—¿Qué da más miedo, el público del teatro o ver una película en la sala llena el día del estreno?

—Te juro que me intimida mucho más la cámara que un público. Con el público lo paso mal, pero lo paso fatal viendo una película mía. Siempre pienso si llegará un día en que me vea y piense que estoy bien y hasta la disfrute. Incluso ´Los lunes al sol´, que fue mi primera película y con la que tuve unas críticas brutales, yo me preguntaba: ´por qué le gustará a la gente si es horroroso´. Eso me sigue pasando. Forma parte del crecimiento del actor. No voy a ser falso y decirte que odio todo lo que veo. En todas las películas ves algo que te gusta y piensas que ése es el camino a seguir. En teatro nunca te ves. Tus ojos son los del público. Y es en el público donde tú ves reflejado si está bien hecho tu trabajo.

—Por lo que dice se queda con el teatro…

—Mi objetivo sería, si esto sale bien, montar mi propia compañía y trabajar con Julián Villagrán, Malena Alterio, Lola Dueñas… Con gente amiga, a la que admiro y de la que sé que voy a aprender. A mí no me importaría dedicarme al teatro y de vez en cuando, si un proyecto me interesa mucho, volver al cine o la televisión. El teatro es lo que más me llena. Para un actor el teatro es como un salto mortal para un trapecista. Cuando el telón se levanta no hay vuelta atrás. El orgasmo es inmediato, como decía Juan Diego hace poco en una entrevista. Siempre he podido comprobar que hay un diálogo entre el publico y el actor. El público no habla, pero su energía se entiende perfectamente. Yo quería ser actor de teatro y mira dónde me he metido.

—Usted hará teatro, pero nos costará mucho borrar a Emilio.

—Ya, por supuesto. Afortunadamente ha bajado un poco la identificación que hacía la gente conmigo y Emilio. Siguen emitiendo la serie y eso para nosotros es una putada. Es una putada para un actor que le estén quemando de esa manera. Con esta situación es muy difícil y seguirá siéndolo que la gente deje de verme como Emilio, el portero. Fíjate en Antonio Ferrandis, la carrera que tenía y cuando se murió, se murió Chanquete. Hace poco estaba en casa con unos amigos, puse una película de las que te envían para los Goya y aparecía Álvaro de Luna. Uno de mis amigos de Córdoba, del colegio, dijo ´El Algarrobo´. Entonces pensé: ´madre de mi vida lo que me queda todavía´. Voy a morir con el Emilio aquí [señala el hombro].

—Pero seguro que habrá tenido cosas buenas.

—Igual si no hubiese sido por ese escaparate no hubiese rodado las quince películas que llevo ya, muchas de ellas comedias. A veces te preguntan si no estás encasillado. El que lo está es el que lo pregunta. Es más fácil ponerte una etiqueta que preocuparse por tu currículum. Yo he hecho teatro con Animalario, que no tiene nada que ver con la comedia y también ´Volando voy´, que es un drama. Toda la vida seré un luchador de la comedia. Está muy poco valorada. Mis grandes referentes han sido Gracita Morales, José Luis López Vázquez, Fernán Gómez, Manuel Alexandre… Ellos, que fueron cómicos, de los de raza, de raíz, de los del hambre, del pan… Yo los defenderé a muerte y defenderé la comedia por encima de todo. Ahora tengo en cartera tres películas que son más drama que comedia y estoy encantado de la vida, sobre todo porque pienso que más fácil hacer drama que comedia. Sin ninguna duda. La comedia está mal valorada. Se encasilla al actor de comedia, pero no se encasilla l actor dramático. Yo podría citarte ahora a compañeros, por respeto no lo voy a hacer, que llevan toda la vida haciendo el mismo personaje dramático y no los encasillan. ¿Por qué esa diferencia?

—¿Cómo se llega a esa conclusión?

—Hace poco paré porque necesitaba reflexionar, verlo todo con distancia. Yo también quiero hacer cosas diferentes. Pensé que parándome yo también se pararía todo este mundillo y me verían distinto. Ha sido justo así. Uno sólo debe planteárselo, escucharse y responderse. Si uno toma esa actitud el resto de la gente hará lo mismo. Estoy muy contento con la carrera que me ha tocado. He trabajado con los mejores directores de este país: Fenando León, Álex de la Iglesia, Miguel Albaladejo, Roberto Santiago, David Serrano…

Me doy con un canto en los dientes y en cada película, independientemente del guión, siempre he visto un motivo por el que hacerla. Estoy orgulloso de haber hecho películas con un cartel de lujo. Javier Bardem, Candela Peña, Javier Cámara, Ernesto Alterio, Willy Toledo, Juan Diego, Malena Alterio, Lola Dueñas… ¡He tenido una suerte cojonuda! Si un guión no me gusta, pero sí el personaje o veo que tengo unos compañeros de los que voy a aprender, soy egoísta y acepto. Cuando hice ´Fuera de carta´ la rodé porque iba a estar con Lola Dueñas y Javier Cámara y eso iba a ser una clase de interpretación magistral. Ellos eran el caramelo.