El próximo 18 de junio, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra el Día de la Gastronomía Sostenible, una fecha en la que se pretende concienciar sobre la importancia de apostar por el consumo del producto local. La ONU recuerda, con motivo de este día, que «el conjunto de platos y usos culinarios propios de un determinado lugar es una expresión más de la diversidad natural y cultural del planeta».

Hoy en día, son muchas las marcas y los sectores alimenticios que han decidido volver la mirada atrás, al producto propio, a aquel que nace en la propia tierra o habita en nuestros mares. Sostenibilidad, utilización de recursos propios, producción ecológica, cercanía y calidad son algunas de las características que ofrece este tipo de producción y sobre la que han surgido movimientos gastronómicos como el 'llamado kilómetro cero' o slow food.

En Ibiza también se está produciendo ese giro hacia la producción autóctona y en los últimos años se han asentado marcas como Peix Nostrum, Oli d'Eivissa, Vins de la Terra, Anell d'Eivissa, Flaó, etc. La Administración también se implica en el impulso y la difusión de esta actividad y la marca Sabors d'Eivissa, que promueven el Consell junto a la Pimeef es un ejemplo de ellos. Además, decenas de iniciativas, foros y jornadas que se celebran en la isla a lo largo del año ponen el foco en la producción y la gastronomía sostenible.

En este sentido, cada vez son más los restaurantes de la isla que apuestan por el producto propio y sostenible en sus cartas, porque también es una manera de dar a conocer la gastronomía local y de diferenciarse. Los chefs de los restaurantes buscan, trabajan, cuidan, protegen o reinventan unos platos donde el producto local es el absoluto responsable.

El caso de Peix Nostrum es un ejemplo diáfano: las cofradías de pescadores de la isla se unieron hace más de diez años para crear una marca que identificara todos los productos pescados y comercializados por la flota artesanal. Peix Nostrum garantiza que el pescado ha sido capturado por una embarcación de la flota pesquera profesional de la isla, que ha sido manipulado, refrigerado y protegido de forma correcta, con la máxima higiene, y que ha sido pescado de forma artesanal, selectiva y respetando el medio ambiente.

Beneficios económicos y sociales

Promover este tipo de gastronomía también ayuda a sustentar la economía local. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 'Fortalecer sistemas alimentarios sostenibles mediante indicaciones geográficas' elaborado el pasado año, los productos alimenticios vinculados a su lugar de origen «ofrecen beneficiosos a nivel económico y social para las áreas rurales además de promover el desarrollo sostenible, generando así un valor comercial anual de más de 50.000 millones de dólares en todo el mundo».

En este estudio, en el que también colaboró el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) se analiza el impacto económico del registro de Indicaciones Geográficas en nueve estudios de caso: Café colombiano, té Darjeeling (India), col Futog (Serbia), café Kona (Estados Unidos), queso Manchego (España), pimienta Penja (Camerún), azafrán de Taliouine (Marruecos), queso Tête de Moine (Suiza) y vino Vale dos Vinhedos (Brasil).

En todos los casos, el tener registrado su origen incrementó notablemente el precio del producto final, con un valor añadido de entre un 20 y 50 por ciento. «Una razón es que los consumidores asocian características únicas -como sabor, color, textura y calidad- con los productos que cuentan con Indicación Geográfica, y eso hace que estén dispuestos a pagar precios más altos», señala el estudio.

Pero la ONU va más allá, e incide en que el registro de productos vinculados a su lugar de origen tiene implicaciones más importantes además de las ganancias económicas. «Los productores y procesadores locales en la cadena de valor ayudan a hacer que los sistemas alimentarios sean más inclusivos y más eficientes», señala.

Este tipo de gastronomía puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo sostenible, sobre todo de las comunidades menos favorecidas, «ya que promociona el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción sostenible de alimentos y la conservación de la biodiversidad».

Un mundo #HambreCero

Por eso, según la ONU, implementar una gastronomía sostenible, contribuye al cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenibles número 2:: 'Un mundo #HambreCero para el 2030 es posible'.