El pesto es una de las salsas más agradecidas que existe. Es rápida y sencilla de elaborar y además está de muerte. Sólo necesitas mezclar y triturar hierbas aromáticas, frutos secos, queso y aceite de oliva.

Una vez hayas combinado estos elementos solo debes pensar a qué se lo echas, si a un clásico plato de pasta, a una sopa, a unas verduras al vapor o a una simple rebanada de pan.

Una vez cojas el hábito de prepararlo en casa, ya no lo comprarás de un supermercado nunca más. Además, se trata de una salsa que admite diferentes variaciones. A continuación, te explicamos tres maneras de hacerlo:

Pesto Genovés

Ingredientes

- 150 g de albahaca

- 50 g de piñones

- 30 g de parmesano rallado

- 30 g de queso pecorino o de oveja rallado

- 150 ml de aceite de oliva virgen extra

- 1 diente de ajo y sal gorda

Preparación

Trocear las hojas de albahaca. Posteriormente, tostar los piñones y triturarlos junto con el ajo y la albahaca. A continuación, salpimentar para, a continuación, añadir el queso y mezclar todo mientras incorporas el aceite poco a poco.

Pesto de cilantro y avellanas

Ingredientes

- 100 g de avellanas tostadas picadas

- 50 g de cilantro

- 50 g de queso parmesano

- 150 ml de aceite de oliva virgen

- Sal gorda y pimienta negra

Preparación

Mezclar y triturar las avellanas, el cilantro y el queso. A continuación, hay que salpimentar y, finalmente, añadir el aceite poco a poco.

Pesto rojo

Ingredientes

- 150 g tomates secos en aceite picados

- 40 g de almendras picadas

- 50 g de queso parmesano picado

- 100 ml de aceite de oliva virgen extra

- 1 guindilla roja picada, 1 diente de ajo picado y sal

Preparación

En primer lugar, triturar los tomates, el ajo, la guindilla y las almendras. Después hay que salpimentar e incorporar el queso y añadir el aceite mezclándolo poco a poco.