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Coses Nostres

La espada púrpura de los gladiadores

En Ibiza y Formentera pueden verse dos especies distintas de gladiolo silvestre y las dos se conocen por el nombre popular de ‘espadella’

Gladiolo fotografiado en Sant Rafel. CAT

La flor del gladiolo silvestre –conocido como espadella en las islas– es el símbolo de la victoria, la que se entregaba a los gladiadores que ganaban las batallas. De hecho, las palabras gladiolo y gladiador tienen, como resulta evidente, un mismo origen, que es la palabra gladius, la espada romana. Y en el caso de la planta, se debe la denominación al aspecto afilado de sus hojas.

En Ibiza y Formentera pueden encontrarse dos especies distintas de gladiolo silvestre, aunque las dos, extremadamente similares, reciben el mismo nombre popular. La primera de ellas es la especie Gladiolus italicus, que suele ser la que alcanza una mayor altura, mayor número de flores en cada espiga y tiene hojas sensiblemente más anchas. La segunda es G. communis, y lo más importante que hay que decir de ella es que en la actualidad incluye también lo que antaño se consideraba una tercera especie, G. illyricus, además de otras variedades que no se encuentran en las islas. El proyecto Flora Ibérica, referencia española para la comunidad botánica y la mayor enciclopedia de plantas del país, ya incluye este criterio de agrupación de especies y reduce el nombre illyricus a un sinónimos para Gladiolus communis. En cualquier caso, el naturalista Jordi Serapio apunta que es un criterio taxonómico que no todos los botánicos han adoptado, por lo que es fácil encontrar información que señala que en Ibiza y Formentera pueden verse tres especies de gladiolos silvestres.

El nombre se debe al aspecto afilado de sus hojas

Inauguración del nuevo barco de Baleària, Eleonor Roosevelt.

Sean tres o dos, su enorme parecido hace que esta cuestión sea menor para el común de los mortales y un tema del que pueden ocuparse los expertos. La espadella, como nombre popular del género, es una planta muy común y muy conocida en las islas, y es prácticamente imposible confundirla con otros vegetales. Aunque sí puede despistar el hecho de que, de vez en cuando, según explica Jordi Serapio, puede encontrarse algún gladiolo de color blanco, una rareza. Más allá de estas excepciones blancas, las espadelles –también llamadas estoques en castellano– destacan por su intenso y brillante rosa tirando a púrpura. Son asimismo distintivas las manchas lanceoladas blancas con bordes púrpura de tres de sus seis pétalos desiguales, que, en realidad, son técnicamente tépalos libres, que no poseen sépalos que protejan el brote al desarrollarse. La diferencia más destacable entre las especies no es, de hecho, su aspecto sino el hábitat en el que Gladiolus italicus y G. communis pueden hallarse; la primera prefiere los campos cultivados y crece entre las gramíneas, mientras que la segunda prospera en zonas forestales.

El gladiolo silvestre pertenece a la familia de las iridáceas, la de los lirios, y, desde el mes de marzo y hasta junio, surgen de los bulbos tallos que alcanzan una altura de medio metro y en los que se abren inflorescencias en espiga, con un máximo de diez flores. 

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