Una iniciativa generosa y más que loable que nació en parte de la iniciativa del actor Dani Rovira en su deseo de conseguir fondos, a través de su Fundación Ochotumbao, para lograr investigar una rara e incurable enfermedad, el síndrome de Rett.

Naturalmente, fueron los padres de los pequeños, representados por Martina, los que plantearon al protagonista de '8 apellidos vascos' la posibilidad de formar parte de una reducida comitiva que pudiera presentarse en el Vaticano ante el propio Papa Francisco para dar publicidad a su propósito.

Lo más sorprendente, con todo, es que el viaje hasta la capital italiana, con un total de 1500 kilómetros, se efectuaría en bicicleta en etapas diarias de más de 100 km por tierras de España y Francia, con salida desde Barcelona, donde se han dado cita desde sus domicilios en Madrid, Alicante y Badajoz tres de los participantes en esta odisea sobre la bicicleta.

Interesado desde un principio por el tema, Dani se une a otros tres ciclistas consciente de que había que ayudar a unas criaturas inocentes que sufren las consecuencias de padecer un síndrome que no se investiga en los hospitales porque no resulta rentable. Comienza de esta forma una ‘road movie’ en formato documental que ha dirigido con perfecto conocimiento de los resortes necesarios, una experta en el género, Paola García Costas, que fue nominada al Goya al mejor largometraje de la especialidad por 'Línea de meta'.

Su trabajo hay que considerarlo notable y controla a la perfección tanto al propio protagonista, si es que puede denominarse así, como a sus amigos, empeñados en una experiencia que es un ejemplo de amor, convivencia, solidaridad y altruismo. La cinta alcanza su punto culminante durante el cuarto día de viaje, consecuencia de un accidente que de forma milagrosa no termina en tragedia.