Es un experimento novedoso en el terreno de la animación digital que merece la atención de los aficionados y de los amantes de la especialidad, tanto por la calidad del diseño gráfico como por una narrativa que combina el fotograma tradicional con la viñeta propia de un cómic. Buena prueba de ello es que puede resultar para muchos más interesante que las películas de 'Spider-Man' con personajes reales, sin duda más convencionales y con recursos menos originales. Tropezarse con un superhéroe como éste que no sólo es negro, sino que procede de Puerto Rico y que es apenas un adolescente que aspira, por encima de todo, a ingresar en un instituto privado de Manhattan.

Basada en los personajes creados por el escritor Brian Michael Bendis y la artista Sara Pichelli en 2011, cuenta las peripecias de Miles Morales, un muy joven afroamericano que se ha armado de manera involuntaria, tras la picadura de una araña, de una serie de superpoderes, entre ellos el ataque con veneno, el camuflaje, la adherencia a superficies, una súper audición y un sentido claramente arácnido. Estos son los puntos de contacto más evidentes con el superhéroe cinematográfico, el que surgió del comic Marvel. Da la impresión en todo momento que los tres directores de la cinta Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman -de los cuales solo Peter Ramsey ha dirigido un largometraje del género, 'El origen de los guardianes', en tanto que los otros dos son sendos debutantes-, son expertos en tecnología digital que han logrado resultados espectaculares y de notable brillantez en el campo del diseño por ordenador.

De hecho, es difícil encontrar unos niveles semejantes con tan exigua experiencia en la pantalla grande. Su estilo visual rinde homenaje al aspecto clásico de los cómics de la era dorada. Finalmente, la película trata de adentrarse en la intimidad de los superhéroes desde una nueva perspectiva, desde la mayoría de edad a la propia acción, definiendo cuestiones tan ordinarias como alcanzar la mayoría de edad o encontrar el sentido de la vida.