No solo mantiene el nivel idóneo que hay que esperar a todos los efectos de ser la segunda y loable contribución del director cinematográfico Jon Watts al mundo del cómic Marvel, tras la experiencia exitosa a nivel de público y de espectáculo de la primera, Spider-Man.

Homecoming, rodada en 2017, sino que hay que atribuirle también el mérito de dos factores capitales que no deben pasarse por alto. Se trata del acierto, asimismo, de la elección como protagonista de un Tom Holland que da vida a un Peter Parker alejado de los clichés de super héroe al uso y de un tratamiento ágil y visualmente correcto de la historia. Hay que tener en cuenta que Holland ha intervenido ya en cuatro títulos de la serie, incluida la ya citada y Vengadores. Infinity War, Vengadores. Endgame y Capitán América. Civil War.

Lo que pocos podían esperar es que la cinta se iniciase con un recuerdo con signos de -homenaje a un Tony Stark (Iron Man)- cuya pérdida no acaban de asimilar sus compañeros de fatigas. Peter es el que peor lo está pasando, a pesar de lo cual no suspenderá un viaje a Europa, especialmente a Venecia y con reminiscencias de vacaciones escolares, con su grupo de colaboradores.

En todo caso tiene claro que ha de asumir los peligros que se ceban sobre él y sus amigos, conscientes de que han de estar preparados para enfrentarse a un nuevo y terrible enemigo. La decisión de dejar unos días Nueva York para adquirir experiencia en otros lugares del mundo se encamina en esa dirección. En este sentido puede ser un anticipo la presencia de Nick Fury, que dedica buena parte de su vitalidad a perseguir a SpiderMan y a darle caza con una aliada del primero, Mary Hill.

Porque Peter solo quiere ser un adolescente normal, pero SpiderMan no puede ser un adolescente normal, ya que tiene ineludibles compromisos con el mundo en el que vive, entre ellos una gran responsabilidad. Nadie duda entonces de que ese es el preámbulo de una terrible batalla entre las fuerzas del bien y del mal, es decir, la explosión de la violencia en grado de acción a tope.