Una poco estimulante combinación de géneros que intenta abrirse camino entre el policiaco, la acción, el drama y la ciencia-ficción sin lograr encontrar el verdadero sitio en el que ubicarse. Por eso no llega a meter de lleno al público en lo que está viendo y va perdiendo fuerza a medida que el final se diluye sin llegar a impactar como debiera.

El proyecto, curiosamente, tuvo como punto de partida un cortometraje, Bag Man, que dirigieron los hermanos Josh y Jonathab Barber, que ahora se han encargado de sacar adelante el largo. Los resultados no han sido los esperados y la película carece de los recursos idóneos para salir airosa del reto en que se ha involucrado.

Los primeros pasos nos llevan por la vía de un cine fantástico que se ha inspirado en una serie de títulos que están en la memoria de todos y que no consiguen crear el clima de tensión obligado. Dos hermanos, el afroamericano adolescente y adoptivo Eli y el recién salido de la cárcel Jimmy, que tratan de encontrar un sentido a la vida vigilados por un padre viudo intransigente, se encuentran en un edificio abandonado en el que robaban con un arma espacial. Se trata de un artefacto con un gran poder de destrucción, con el que Eli decide quedarse.

La cinta experimenta un giro considerable cuando lo que era ciencia-ficción se transforma en puro producto de acción, dado que Jimmy, obligado por la penuria económica que atraviesa y que ha motivado que un grupo de matones le pisen los talones, consciente de que la convivencia con el padre es imposible, opta por llevarse a Eli consigo para iniciar una nueva vida en otros horizontes.

Con el nuevo formato argumental, la solución que se aplica a la historia no es otra que ceder el paso a todos los personajes involucrados, es decir los dos hermanos, los delincuentes y los extraterrestres y facilitar un final literalmente explosivo. No se logra con ello alcanzar ningún objetivo y tampoco un último recurso, la aparición de una bailarina de strip-tease que conecta con Eli, prospera como sería de desear. No es que se hunda por completo, pero sí pierde gran parte de sus alicientes.