Parte de una base muy real en el plano político en la Norteamerica actual, agravado de forma considerable en la etapa de Trump como presidente, que no es otra que la dramática experiencia de la deportación de la población migrante que no dispone de la documentación adecuada, pero el tratamiento del tema está marcado por la ingenuidad y la ausencia de rigor.

Es una adaptación de la novela de Nicola Yoon, que fue un éxito de ventas entre el lector adolescente de Estados Unidos, con los suficientes recursos para generar alguna que otra emoción. Con una estética, eso sí, que conecta con los desfiles de moda y dos protagonistas cuya capacidad de atracción es demasiado exagerada.

Además, expone los resortes de un debate, el hecho de que el amor es o no fruto de la casualidad o del destino, que es tan poco consistente como tópico. Todo ello alimentado con una ambientación en las calles de Nueva York que se convierte en el decorado idóneo para aportar la indispensable cobertura romántica al relato.

Las claves del argumento hay que buscarlas en su carácter pluriétnico, ya que la historia de amor la viven el surcoreano Daniel y la jamaicana Natasha, que viven la cruel realidad de que la segunda dispone solo de un día para poder abandonar el país, lo que es especialmente terrible cuando acaba de enamorarse de Daniel.

Esas 24 horas, que se reducen finalmente a una sola a tenor de las gestiones que efectúa un abogado latino -interpretado por John Leguizamo-, se convierten en una espada de Damocles para los dos jóvenes amantes, que han de separarse justamente cuando acaban de enamorarse. Con todo, el lastre más pesado que arrastra la cinta es su excesiva dependencia de un auditorio juvenil y las concesiones en el plano argumental y dramático que ello ha acarreado restando credibilidad a las imágenes.

Aun así, hay que confiar en el futuro de la directora, Ry Russo-Young, que denota virtudes a tener presente. Este es su quinto largometraje y los cuatro previos, Orphans, You wont Miss me, Nobody walks y Si no despierto, mostraban cosas a retener.