Es una ópera prima, la del director Lluís Segura, que comienza con síntomas esperanzadores en tanto comedia típicamente española. Reúne a cuatro antiguos compañeros de clase que se reencuentran después de varios años y se despachan a gusto hablando de las cuestiones que más les interesan, es decir las mujeres y el sexo.

Las cosas brillan, en efecto, con luz propia toda la primera mitad, fruto de una espontaneidad que aporta vigor y frescura a las imágenes y de la magnífica labor de unos actores, encabezados por el alicantino Fele Martínez y el catalán Jordi Vilches, que demuestran conocer a fondo el escenario en que actúan.

Después, sin embargo, la cinta pierde ritmo e imaginación, ampliando demasiado el cuadro de personajes y relegando a los principales a un gris segundo plano. De todos modos, no es un producto ni rutinario ni vulgar y nos ofrece consideraciones jugosas y más que divertidas que invitan a menudo a la sonrisa.

El reencuentro de Carlos, Marcos, David y Juan, que no se habían vuelto a ver desde que dejaron las aulas, marca un principio más que brillante que pone de relieve, por un lado, la crisis que atraviesan en sus respectivos matrimonios y, por otro, la necesidad de encontrar una solución a la misma.

Para ninguno tiene sentido que ya no se sientan felices con sus esposas porque las quieren y no reconocen que hayan perdido interés sexual por ellas. Es más, aseguran que si han cometido alguna infidelidad es debido a la necesidad que tienen de "liberarse".

Lo que tienen muy claro es que se sienten tan a gusto hablando, comentando sus problemas y una intimidad que siempre han reservado, que deciden reunirse de nuevo y fundar un club solo para hombres. Aunque para ello deban engañar a sus mujeres, que nunca aparecen en pantalla, y justificar su ausencia el fin de semana inventando una importante reunión de trabajo.

Se siembran así las semillas de una película que se enriquece algo más cuando se incorpora al grupo de cuatro un quinto miembro, el profesor de seducción, y se reciben los beneficios de esa improvisación que caracteriza el trabajo de los actores.