«Para mí es una instalación», asegura Katja Micus, responsable del Espacio Micus de Jesús, sobre el belén que es la principal novedad de esta sala dedicada en cuerpo y alma al arte contemporáneo. Su idea es mantenerlo hasta Pascua, aunque ya le han advertido de que la tradición enseña que hay que desmontarlo después de Reyes. «Si lo tratamos como cualquier otra instalación artística puede estar perfectamente hasta Pascua», insiste Micus.

El belén en cuestión es obra del artesano Carlos Yáñez, en una muestra que completan las instalaciones luminosas de Bonet Vallribera y cuadros a medio camino entre la figuración y la abstracción de Rike Oetzel.

Yáñez, conocedor de toda la simbología que expresan las figuras del belén, ha montado uno lleno de guiños, con figuras de entre 20 y 30 centímetros adquiridas a belenistas napolitanos y a través de internet, y ha completado la pieza con mobiliario, complementos y edificios elaborados por él mismo en su estudio, hasta crear una obra única.

Como ya es habitual en las exposiciones de invierno de Micus, siempre se abre una puerta a artistas locales, y esta vez ha sido a dos. Bonet Vallribera (Sant Antoni, 1965) muestra una nueva colección de instalaciones luminosas abstractas en las que juega con el color, las luces y las sombras.

Abstracción y vino caliente

Rike Oetzel (Münster, 1944), artista alemana afincada en Eivissa desde hace décadas muestra, por su parte, pinturas vinculadas al expresionismo abstracto, aunque del fondo de los cuadros parecen surgir retratos y paisajes.

La muestra se inaugura el domingo, de 11 a 14 horas, con una invitación a vino caliente y dulces típicos alemanes, como ya es costumbre en la sala. Y repetirá inauguración el domingo 29 de diciembre a la misma hora, para los que se pierdan la primera por los viajes navideños.