Nadar entre colores y texturas para 'de-construir' la inmensidad del paisaje

Que el paisaje depende de quién lo mire y que, a su vez, hay muchas formas distintas de mirar una misma cosa, son pensamientos en los que Elena ha basado su paso de la pintura más formal a la abstracción. En esta muestra, el espectador es invitado a entrar en un diálogo entre paisaje y hombre, en el que es el primero el que rige el orden de las cosas. Así, los absolutos se difuminan cuando se trata de abrazar aquello que nos envuelve y quedamos relegados a un lugar secundario, para sumergirnos plenamente en el paisaje y sus texturas.

Cuando recuerda cómo ejecutó la obra, Elena Montesinos explica que «una mancha me llevó a la otra y, en consecuencia, a la acción. Para las figuras humanas cogí referencias de fotografías familiares y otras que busqué en internet. Una vez tuve el paisaje terminado, fueron las manchas las que me sugirieron dónde se situaba la acción».Mirar fuera, viajar dentro

Mirar fuera, viajar dentro

Para lograr plasmar esa desfragmentación, Elena Montesinos primero tuvo que conocer los estímulos y las texturas que la rodeaban. Tomó conciencia del peso del punto de vista humano. «He tenido que pensar muchísimo. La abstracción es libre porque no tiene la lucha fotográfica del realismo, pero al mismo tiempo es muy demandante y precisa de mucha reflexión sobre lo que estás haciendo», desvela.

El fruto de este meditado trabajo, que la arista describe como «el más difícil» que ha hecho nunca, es un conjunto de 18 piezas en las que se combinan acrílicos sobre lienzo y obras sobre papel pintadas en técnica mixta.

A pesar de que el germen de esta serie pictórica nació en 2017, Elena necesitó concluir su último trabajo de vistas aéreas y pasar por la acuarela y el paisaje más formal para poder desarrollar el proyecto que ahora presenta.

'Abstr-acció' podrá visitarse hasta el 31 de agosto.