«Con los ojos cerrados y el alma abierta». Así es como el artista anglo-brasileño Olivier Mourao ha realizado la serie de pinturas 'El color de la luz', cuya muestra inaugura este martes a las 20 horas en el Club Diario de Ibiza y que tiene como 'musa' la luz «impresionante» de Ibiza, como su título desvela.

El pintor se afincó en la isla hace más de treinta años y confiesa estar «atrapado» por ella. A pesar de haber trabajado en sitios como Londres o Nueva York, es Ibiza la que ha protagonizado, desde que puso por primera vez un pie en ella, muchos de sus trabajos. «Para mí, es el mejor lugar que he encontrado para sembrar arte, además de su magia, tiene algo de mucho valor para un artista: su luz», aseguró ayer el artista, que realiza sus obras utilizando el tubo del óleo «desde un día que no encontraba el pincel», descubriendo que de este modo poseían «más dinamismo».

Una muestra 'cotidiana'

'El niño pintor', como era conocido en Minas Gerais, donde vivía a la temprana edad en la que empezó a exponer (con tan sólo 14 años), define esta exposición como «un conjunto de escenas cotidianas» realizadas desde una perspectiva «postimpresionista» y con un «estilo figurativo». «Considero mi pintura como una herencia del arte de Picasso, Matisse o Francis Bacon», detalla, y aclara: «Pero la forma en la que pinto es solamente mía, tengo mi propia fórmula». «La realización de formas tan simples y figurativas da posibilidad a cada uno de los espectadores de ver su mundo reflejado en el cuadro», observa, y añade: «Da Vinci hizo 'La Mona Lisa' y sabía cómo 'tocar' a la gente a través de diferentes matices».

Un retrato figurativo de la duquesa de Alba, la silueta de una mujer haciendo ganchillo o la figura de un hombre acompañado de su perro son algunos de los temas o escenas de la cultura española en general que componen esta colección 'costumbrista'.

«Una obra tiene que ser un festín para los ojos, un espejo en el que las personas se vean reflejadas», afirma el artista, que además confiesa sentir una profunda admiración por «los genios españoles», tanto de la pintura como de la literatura. «Para mí España, chapeau, ha estado a un nivel intelectual mucho más alto que otros sitios y los artistas que venimos estamos aquí para aprender de ello», termina.