Julio Bauzá sigue profundizando en la geometría en la exposición que inaugura este domingo, a partir de las 20 horas, en la sala Garden Art Gallery de Sant Josep (Cactus Lombribiza). El artista uruguayo afincado en Ibiza continúa con su serie dedicada al cuadrado rojo, que va apareciendo en todas las obras para proporcionar contraste y equilibrio al conjunto. «En esta nueva muestra, que tituló ´Geometrías celestiales´, presento dos aspectos del mismo tema. Por una parte una serie de cuadros en acrílico sobre madera y otra paralela con una serie de collages, que complementan a la pintura», explica.

En total serán 45 collages y entre 10 y 15 cuadros todos inéditos, producidos en los últimos meses, pero sin perder el hilo de su obra anterior.

En las muestras de Bauzá no suelen faltar los collages, una técnica por la que siente una atracción especial desde hace años: «No sabría decir qué es lo que me atrae del collage -dice-, pero lo he cultivado en abundancia. Para mí es un trabajo muy íntimo, que nace de la inspiración dadá, aunque cada uno tiene su historia. Es muy gratificante. El desarrollo de las geometrías es una cosa más mecánica, a otra escala».

Aun así, esas geometrías beben del conjunto de su trayectoria, siempre influida por el dadaísmo: «Algunos elementos están sacados de la época anterior, con la inclusión de algunas maderas que recuerdan a las obras dadá y le dan calidez a la superficie», explica el artista, que asegura que haber llegado a la geometría es, de alguna forma, una vuelta a su formación como arquitecto.

Oasis para el arte

Esta será la tercera exposición individual de Bauzá en Garden Art Gallery, una sala que considera casi un oasis para el arte en Ibiza, por mantener una programación durante todo el año y seguir apostando por los creadores de la isla y básicamente por el arte abstracto. Además de los cuadros y collages, habrá carpetas también con collages a tres tamaños y algunas esculturas, para que el público que lo desee pueda profundizar en su obra.

Bauzá, nieto de emigrantes mallorquines a Uruguay, llegó en 1976 a Ibiza, «una isla con un panorama muy distinto al que hay ahora. Era una cosa fantástica», afirma. Fue casi por casualidad, porque tras pasar por Francia e instalarse en Barcelona un mes antes de la muerte de Franco, aterrizó en la isla en 1976 para unas vacaciones. «Todo el mundo me hablaba de Ibiza -dice- y vine a pasar unas vacaciones de verano. Cuando regresé a Barcelona recogí mis cosas y me volví a la isla». Desde entonces ha vivido siempre en Sant Rafel.