En los últimos años Juan García-Gatica reparte su quehacer diario entre la pintura y la escritura, dos disciplinas «aparentemente distintas» que sirven por igual al artista chileno para expresar su mundo interior. Los últimos frutos del tiempo que García-Gatica dedica a la prosa y a los lienzos son la novela 'El lupanar de las langostas' y la exposición 'Huella del gesto', que se presentaron este domingo en el espacio Garden Art Gallery de Sant Josep, en Ibiza.

La muestra está compuesta por una veintena de cuadros de pequeño y gran formato en acrílico en los que predomina la técnica del collage, empleando el cartón y la tela arrugados, materiales que interviene con color y dibujos. También hay cabida para la escultura con un pequeño desnudo abstracto elaborado a partir de una tubería.

La muestra

La muestraLas obras, realizadas entre el pasado año y 2018, no tienen nombre. García-Gatica prefiere dar libertad al espectador para que «forme parte de la obra» e interprete sus creaciones. Como él mismo explica, lo que propone con esta muestra es que los visitantes se conviertan en protagonistas ofreciendo nuevas lecturas y significados de las piezas artísticas exhibidas en la galería del arte.

Además de la inauguración de la exposición, que permanecerá en Garden Art Gallery hasta el 30 de abril, García-Gatica dará a conocer mañana su último libro, autoeditado con Círculo Rojo.

La crítica e historiadora del Arte Nuria del Río Pinto será la encargada de presentar 'El lupanar de las langostas', una novela que el artista, afincado en Ibiza, define como «un viaje al interior de la mente del protagonista», un periodista llamado Gerardo.

García-Gatica desvela algunos detalles del argumento como que el punto de partida de la novela es un accidente que deja en coma al personaje principal. Desde ese momento «su subconsciente empieza a caminar alimentando a un alter ego interior» que, poco a poco, va cobrando más protagonismo y transformando el carácter de Gerardo.

Dos años escribiendo

Dos años escribiendo

García-Gatica ha dedicado dos años a escribir esta obra. «Me levantaba cada día a las seis de la mañana para dedicarle a la escritura unas dos o tres horas y luego me centraba en pintar», explica.

En los últimos tiempos ha publicado también otra novela, 'Espejo de arena' y un libro de poesía 'Soplo de nube ajena'.

Aunque la pintura es su «quehacer desde los 15 años», asegura, siempre se ha sentido atraído por la literatura. Le gusta mucho leer y a lo largo de su vida ha escrito «cientos» de poemas y relatos cortos, que hasta ahora no han visto la luz. «Lo de ponerse en serio con la prosa surgió recientemente de una forma extraña», confiesa el artista. Puede que le venga de familia, su abuelo era escritor y el fundador de la Sociedad de Escritores de Chile.