Licenciada en Historia Cultural por la Universidad de Aberdeen y doctora en Sociología del género por la Universidad de Edimburgo, Patrícia Soley-Beltrán recibió el 43º Premio Anagrama de Ensayo por su obra '¡Divinas! Modelos, poder y mentiras' (2015) que escribió en Ibiza en gran parte. Enganchada a la isla desde que la conoció siendo adolescente, esta experta en antropología del cuerpo protagoniza hoy una charla dentro del ciclo 3-4-20 que organiza el Ayuntamiento de Santa Eulària con la coordinación de Antoni Ferrer Abárzuza. Será a las 20 horas en el Teatro España.

'Ibiza en la piel, cuerpos divinos en la isla perfecta' es el llamativo título de la charla, en la que hablará del cambio del modelo turístico «que estamos sufriendo también en Barcelona», también sobre «de qué modo Ibiza es un centro internacional de observación de tendencias de moda, comportamiento, ocio nocturno...», para llegar al hecho de que Ibiza «ha pasado de ser Adlib, es decir, de que cada uno podía ir a su rollo, a lo contrario: la obligatoriedad de encajar en los cuerpos perfectos», reflexiona.

Esta socióloga tiene claro que si la metieran en una máquina del tiempo «no dudaría en viajar a la Ibiza de los años 50 o 60». «Es el único lugar al que me arriesgaría a viajar en el tiempo», subraya. Siempre que viene a Ibiza se queda embelesada precisamente por una reminiscencia de este pasado: «La mezcla de dignidad y humildad que destila la mujer pagesa, me impresiona».

«Hace nueve años volví a la isla después de un tiempo y pensé que realmente este es un sitio donde replantearse la vida de otra manera. Así lo viví yo. Como dice Vicente Valero 'caí presa del mito Ibiza', me cogió una ibicitis aguda y establecí una relación más constante con la isla, monté cursos... etc.», recuerda.

Soley-Beltrán escogió Ibiza para escribir y reflexionar sobre el tema en el que ha centrado buena parte de su investigación académica: los ideales de belleza como ideales de identidad. «Hice una historia cultural de las modelos, un estudio analítico de cómo las modelos presentan una identidad ideal para mujeres y para hombres y como son contenedores de valores culturales, con lo que analizarlas dice mucho sobre la sociedad en general», reflexiona.

En Ibiza Soley-Beltrán descubrió además a Walter Benjamin. «Aunque ya lo estaba utilizando sin saberlo porque su pensamiento es tan influyente que está presente en un montón de pensadores que yo ya utilizaba», apunta. «Al leer 'Viajeros contemporáneos' de Valero descubrí una Ibiza que desconocía y monté un curso en la UIB en 2009 'Camins d'utopia. Cultura y contracultura a Ibiza' que tuvo una gran repercusión por la calidad de los temas y los ponentes», recuerda.

Ola conservadora

Soley-Beltrán pone un ejemplo bastante sorprendente de cómo ha cambiado la isla en los últimos años: «Cada vez es más difícil hacer nudismo en Ibiza. Sin ser oficialmente nudistas había muchas playas en las que, sobre todo a determinadas horas, había mucha gente haciendo nudismo. Ahora cada vez encuentro menos».

«En los 80 hacer topless era casi obligatorio. En Ibiza el despiporre era total porque o ibas en tanga o ibas desnuda y era fantástico. Hace ya un tiempo que ha habido una ola más conservadora y también ha venido gente que en realidad no sabe nada de lo que ha sido Ibiza. Que haya lugares donde puedas hacer nudismo debería ser patrimonio cultural», asegura. «Las playas de Ibiza y Formentera se han convertido, por el contrario, en un escaparate de bikinis de diseño, lo que supone definir una identidad por el consumo».

La socióloga admite que es posible que ella misma haya caído presa del mito de Ibiza, pero no duda en confesar que le gustaría que la isla «recuperara una serie de valores que tiene y que parece perder frente a la irrupción de la prostitución de lujo desatada, los coches, los yates y las joyas». Así, «la imagen de liberación sexual acaba derivando en algo muy perverso: Si no consigo lo que quiero por mis capacidades seductoras pago por ello y punto pelota. Alquilan mujeres. Esto, que sucede en muchas partes el mundo, en Ibiza se ha hecho muy visible», reflexiona.