El paraguas como metáfora. Como símbolo. De refugio. De protección. De solidaridad. De protección. De ayuda. De echar una mano. Una decena de paraguas para llamar la atención sobre la falta de refugio, de protección, de solidaridad y de ayuda que reciben los refugiados en Europa. Es lo que presentan los artistas Antònia Torres y Juan García-Gatica en ´Hic et nunc´ (aquí y ahora), la exposición que inauguran hoy a las siete y media de la tarde en el Club Diario.

Torres explica que la muestra, que permanecerá abierta hasta el 25 de noviembre, es una denuncia sobre la «inacción» de buena parte de la sociedad ante la situación de las miles de personas que huyen de sus países. Unas cubetas llenas de agua con números representan a las miles de esas personas que no han llegado a ningún lugar, que se han quedado en el camino, que han muerto. Miles de personas, todas ellas «invisibles», como rezan las enormes fotografías en blanco y negro que presiden las paredes de la sala de exposiciones. Todas menos una, que los artistas han reservado para una instalación de videoarte que busca el mismo objetivo: hacer que los espectadores reflexionen. Y es que, apunta la artista mientras fuera de la sala llueve, mucha gente permanece impasible a pesar del bombardeo constante de los informativos.

En este sentido, señala que el número de fallecidos en el Mediterráneo desde que concibieron la instalación se ha multiplicado. «Es un reclamo que apela a la reflexión», apunta García-Gatica, su compañero. «Todos tenemos una responsabilidad sobre esto. No se puede dejar sólo en manos de los gobiernos. Si no nos movemos, ellos no harán nada», añade la pintora, que recalca que la migración es algo intrínseco al ser humano: «Ha estado ahí siempre, desde los neandertales». De hecho, insiste en que la sociedad, en general, se niega a ver su propia multiculturalidad, algo que rebaten con las imágenes de una cámara fija instalada en una calle de Barcelona que pasó dos días fotografiando a la gente que pasaba por ella.

´Hic et nunc´ no es la primera muestra en la que los artistas trabajan juntos. Cada uno tiene su pintura, pero les gusta colaborar en estos proyectos más conceptuales. Eso les obliga a dialogar, a discutir y a ponerse de acuerdo. A lograr que dos mentes que no siempre piensan igual y que tienen sus propias ideas lleguen a un punto en común. «Hay mucha discusión», reconoce Torres. «Pero la mayoría de las veces, la idea que surge al final es mucho mejor que las dos ideas diferentes que teníamos al principio», añade la artista, que hace hincapié en que esta noche habrá varios pases de una actuación en la que la bailarina de danza contemporánea Gabriela Barbeiro interpretará la música compuesta por Anna Bofill y Ezequiel Eskenazi para el festival Mixtur de Barcelona, donde participaron con parte de la muestra.

Entre las decenas de paraguas aún por colgar, las enormes fotografías desplegadas en el suelo y las cubetas que esperan el agua, andar por la sala es, durante el montaje de la muestra (que ya se expuso en Barcelona), sortear una pista americana.