«Investigación» y «alegría» pueden parecer palabras lejanas entre sí, pero son las que más usa Rose Marie Bellemur cuando habla de su pintura. Francesa con acento argentino o argentina con acento francés, se define como «una simple artista» y esta tarde inaugura en el Club Diario su primera exposición individual en Ibiza. «Esta es mi presentación en la isla. Aquí estoy», dice con una sonrisa y abriendo mucho sus ojos azules y amarillos.

«He titulado la muestra ´Explorando´ porque creo que es algo que define mi pintura -dice-. Investigo mucho y sobre cada cosa que hago, cada una de las obras. Y es la obra la que me habla y me despierta. Soy muy intuitiva». Sus pinturas, construidas sobre fuertes contrastes pero que buscan la armonía a través del color y la composición, hablan de la naturaleza, de una naturaleza que la artista interpreta como un todo: «El universo, la naturaleza, el mar, las plantas... son muy importantes para mí e influyen en mi obra. Todos los colores están en la naturaleza e intento llevar eso a la paleta. Y también el ser humano. Todos podemos descubrir que tenemos energía para el arte. El ser humano no tiene límites, la creatividad es infinita y hay que buscar la forma de desarrollarla».

La luz de Ibiza

En esa naturaleza destaca la luz de Ibiza, donde vive desde hace más de cuatro años, que considera «perfecta para los artistas»: «Ibiza es una isla natural, con muy buena energía, donde el cielo te habla. Hay mucho contraste de gente, de los payeses a los turistas, y hay que buscar un punto de equilibrio».

En la exposición en el Club muestra una selección de pinturas abstractas de reciente producción -«algunas de las últimas semanas, e incluso días», dice- en diferentes formatos y con técnicas y soportes distintos. Desde grandes óleos a pinturas pequeñas sobre tela o papel.

«Comencé con el figurativo, con dibujos, aerografías, collage... Trabajé mucho el minimalismo como concepto y en los últimos años me he centrado en la abstracción, que es donde me siento más libre», explica. «En estas obras utilizo óleo, que es lo que más me gusta, pigmentos, lápices de colores y un poco de acrílico, pero poco porque se seca rápido y me gusta que los pigmentos fluyan con el barniz. Utilizo todo tipo de soportes porque me gusta investigar con la pintura, con el papel, con la tela, con todo lo que me rodea».

«No me gusta la frustración»

En los cuadros intenta plasmar una alegría que considera fundamental para vivir: «Busco la alegría, no me gusta la frustración y siempre intento revertir todo lo negativo. He trabajado dando clases de pintura a niños con cáncer y he aprendido muchísimo de ellos. Te dan su vida. Todos tenemos energía para dar, que vamos reciclando y proyectando. Hay que estar abierto a las posibilidades que te da la vida», insiste.

Rose Marie Bellemur se interesó por el arte desde pequeña. Se crió entre Mar del Plata, donde estudió arte y empezó a impulsar esa vocación, y París, donde ha desarrollado su carrera artística. «En realidad -dice- me he pasado la vida viajando, desde chica». Ha conocido todas las aristas del arte, como pintora y también como profesora, crítica, curadora para diferentes museos, entre ellos el Louvre, y galerista, regentando galerías en París, Milán, Londres e Ibiza, donde hace cuatro años abrió Articblue Gallery.

Pero para crear, lo que necesita es silencio: «Fío todo a la inspiración pero necesito tranquilidad y soledad. La soledad me lleva a un estado de equilibrio que me conecta con el ser creador», dice, y afirma que cuando trabaja no tiene horario y que aún se emociona cuando ve las obras terminadas y cuando llega el momento de que salgan del estudio: «Me cuesta mucho venderlas, pero un artista, al fin y al cabo, es un obrero del arte».