Rudolf Eberle, Helmut Wallach y los hermanos Werner, Rudy y Hermine Holzinger huyeron de su país, Alemania, porque los nazis les perseguían por su condición de judíos. Uno de ellos no lo era, Eberle, pero como estaba casado con una alemana judía (Hermine) y no quiso divorciarse, pasó a ser considerado miembro de este grupo condenado a la exterminación por el régimen de Hitler. Lo que nunca habrían imaginado es que en la remota y atrasada Ibiza de los años treinta no solo no encontrarían refugio, sino que los tentáculos de la Gestapo llegarían hasta la isla porque el Estado franquista aplicaba las leyes raciales nazis, pese a que en el ordenamiento jurídico español no existían.

La investigación del periodista de Diario de Ibiza José Miquel L. Romero, que ha cristalizado en su libro ´Los indeseables. La expulsión de los judíos alemanes residentes en Ibiza y Baleares 1939-1945´, ha documentado por primera vez casos de alemanes a quienes en España se persiguió por su condición de judíos, según las leyes nazis alemanas, y se les catalogó de «indeseables» en los documentos españoles oficiales de deportación únicamente por esa razón. Es decir, que España, sin ser un país ocupado por Alemania, se convirtió durante unos años en una extensión del Estado nazi por voluntad propia. Y adoptó la definición nazi de judío: no solo quienes practicaran la religión del Talmud, sino sus descendientes y sus cónyuges; aunque profesaran otras religiones.

´Los indeseables´ es el décimo volumen que publica Romero, y obtuvo una mención especial del jurado de la penúltima edición del premio 8 d´Agost (lo ha editado el Consell). La obra se presenta este jueves en el Club Diario de Ibiza a las 20 horas.

El libro reconstruye la historia de Rudolf Eberle y Hermine Holzinger; sus hermanos, Werner y Rudy, y Helmut Wallach, que huyeron de Alemania cuando Hitler llegó al poder, en 1933. También continúa las peripecias de los siete hermanos Hanauer que Romero ya recogió en ´L´hotel dels jueus. Els germans Hanauer: de l´Alemanya nazi a Ibiza´. Rudolf y Hermine tuvieron en Ibiza a su hijo Didier; Helmut se casó con una ibicenca y también su primogénito, Juan, nació en la isla. Tanto Eberle como los Holzinger llegaron a la isla en 1935.

Romero también ha descubierto que solo la intervención del nuncio del Vaticano en España, Gaetano Cicognani, libró a estos fugitivos de la deportación y la muerte segura en 1940, cuando el director general de Seguridad pidió un listado con los judíos de Ibiza y aprobó la expulsión de Eberle, los Holzinger y de Wallach. Cicognani envió una carta en la que pedía clemencia para ellos, y logró que se suspendiera su expulsión in extremis, cuando Rudolf Eberle, Hermine Holzinger, Werner Holzinger, el pequeño Didier Eberle Holzinger y Helmut Wallach ya habían sido trasladados a la Península, en el barco ´Jaime II´.

La Iglesia, clave para salvarlos

«Ese documento es insólito por la importancia que tuvo la Iglesia católica para parar las deportaciones, los defendió como a católicos», añade Romero, que subraya la importancia del «factor humano», es decir, de las personas que actuaron de motu proprio a favor de estos perseguidos, como el valiente y tenaz Cicognani, que instó a las autoridades a detener la deportación de estos alemanes, que se habían bautizado en la isla, pero que pese a todo iban a ser entregados a Alemania.

«Entre la documentación hallada en los archivos policiales figura, además, un listado de alemanes de ´raza judía´ residentes en Balears sobre los que también se tramitó su expulsión, lo cual indica que la larga mano de la Gestapo no se olvidó de estas islas y que a Himmler poco le importaba que los sujetos sobre los que había fijado su atención fueran simples agricultores o cocineros y se escondieran a 2.000 kilómetros de Berlín», relata el autor en el prólogo. «La persecución en España no fue casual, sino sistemática y premeditada», asevera.

El investigador ha dedicado cinco años a reconstruir las durísimas vidas de estas personas y relata cómo lograron superar, con una mezcla de suerte, ayuda y mucha resiliencia, estos años oscuros y recuperar la paz y su vida en Colombia y Brasil, muy lejos de su Alemania natal, donde jamás se plantearon regresar. Ninguno podía reconstruir su hogar en el lugar donde les habían expoliado y donde habían asesinado a millones de judíos que no pudieron escapar a tiempo como ellos.

Los nazis perdieron la guerra, pero «al final se salieron con la suya: ninguno quiso volver a Alemania. En Lingen, la ciudad de los Hanauer, no vivió ningún judío en décadas», reflexiona Romero. A veces regresaban para ver si podían recuperar alguna propiedad, pero con poco éxito: las casas se habían vendido y los muebles y enseres se habían repartido. El expolio ya no tenía marcha atrás. Tampoco la profunda herida provocada por el exterminio industrializado de una parte de los ciudadanos, los judíos, etiquetados como «raza inferior».

Judíos bautizados en Ibiza

´Los indeseables´ es la segunda parte de la investigación de Romero sobre los hermanos Hanauer, también judíos alemanes que huyeron a Ibiza, donde se bautizaron para protegerse de los nazis y evitar la deportación. La historia de los laboriosos Hanauer está contada en el libro ´L´hotel dels jueus. Els germans Hanauer: de l´Alemanya nazi a Ibiza´, premio Nit de Sant Joan 2007 del Institut d´Estudis Eivissencs.

Cuando Romero estaba investigando la historia de los Hanauer y las partidas de bautismo se topó con otros dos hermanos alemanes que se habían bautizado en Ibiza, Hermine y Werner Holzinger. ¿Por qué? Solicitó información al Archivo General del Ministerio del Interior y después de insistir recibió la documentación: «Parecía imposible lo que se contaba: el Estado español les expulsaba y deportaba por el hecho de ser judíos. Les consideraba ´indeseables´. Estos documentos demuestran por primera vez que el Gobierno español aplicó la legislación nazi, ya que en España no había leyes para deportar judíos ni leyes raciales como las alemanas. Es algo insólito», explica Romero.

El investigador señala que Manuel Ros Agudo, en ´La guerra secreta de Franco´, o Haim Avni en ´Spain, the jews and Franco´, ya revelaron el acuerdo entre la España franquista y los nazis para deportar a los judíos (no solo a quienes practicaban la religión, sino también a sus descendientes), pero hasta ahora no se habían documentado casos ni aportado pruebas.

Romero los ha encontrado, les ha puesto nombre, rostro, ha reconstruido sus penalidades y hasta su carácter: ha hablado con quienes les conocieron en Ibiza y con sus descendientes y a partir de toda esa información, y la que ha rastreado en los 20 archivos españoles y alemanes que ha consultado, ha armado un relato apasionante que se lee con la avidez de una novela que engancha pero que tiene el rigor de una investigación histórica en la que cada dato está contrastado. «Es importante saber que Hermine fumaba como un carretero, que sabía un montón de idiomas o que leía National Geographic. Son detalles importantes para saber cómo eran los personajes», relata Romero.

Perseguidos por el Ministerio

El hallazgo más impactante para el escritor fue descubrir que «había un listado de judíos en Balears perseguidos implacablemente por orden del Ministerio de Gobernación». También le conmovió su «deseo de huir como fuera de la isla, hicieron lo imposible. Esa necesidad de una vida nueva. Era gente muy resiliente, como los Hanauer». «Al principio había pensado escribir una novela, pero era tan increíble que pensé que nadie se lo creería y opté por un ensayo histórico para que quede claro que esto ocurrió», prosigue.

La colaboración de la España franquista con los nazis para deportar judíos se mantiene hasta 1941, cuando se produce un cambio en los ministerios de Gobernación y de Exteriores y la situación cambia radicalmente. El factor humano de nuevo: si antes los máximos responsables eran filonazis, los nuevos no lo son y defienden sus parcelas, y eso se traslada a la política del Estado. Y tiene consecuencias sobre miles de personas.

No obstante, a los Eberle, Holzinger, Wallach y Hanauer las autoridades y la policía les hicieron la vida imposible en Ibiza: no les dejaban abandonar la isla (no les daban pasaporte, puesto que Alemania les había declarado apátridas), les investigaban continuamente, tenían que dar cuenta a la policía de todas sus actividades, había informes sobre todos los aspectos de su vida (sus amistades, costumbres, lo que pensaban, dónde iban, el dinero que tenían en el banco...). De hecho, la familia Eberle-Holzinger no podrá abandonar Ibiza hasta 1947 (pese a que tenían dinero para el viaje), y el matrimonio de Helmut Wallach, Catalina Juan y su hijo Juan tendrán que esperar hasta 1953. Los primeros emigraron a Colombia y los segundos a Brasil.

Los Holzinger tuvieron mala suerte: en 1933 huyen de la persecución nazi en Alemania; llegan a Ibiza y estalla la Guerra Civil; sus padres se suicidan en Sttutgart antes de que les deporten a un campo de concentración; logran salir de la isla y cuando llegan a Colombia, se inicia otra larga guerra. Pero como explica Valeria Eberle en el ´Epílogo desde Cali´, junto al relato de las penalidades de estas personas, el libro de Romero también recoge «el relato de la esperanza»: «Todo el texto es casi una guía novelada de lo que podríamos describir como un retrato de la belleza y la fortaleza de los seres humanos. -escribe-. Hay una apuesta por mostrar el coraje, incluso cuando los documentos oficiales te pongan en vilo, cuando otros sujetos, en lejanas oficinas del Estado, han escrito tu nombre bajo el sello de apátrida e indeseable».