El germen de la última exposición de Lourdes Romaguera es muy lejano. Se remonta a hace más de una década, cuando trabajaba en la instalación sonora ´Com pluja a la mar´ que presentó en la edición de 2003 de Art Ibiza. Durante su investigación para este y otros trabajos registró más de 200 fotografías, con el agua como hilo conductor, que acabaron convirtiéndose a su vez en obras protagonistas de ´Palabra de Mar´, la muestra que esta tarde se inaugura en Sa Nostra Sala y que permanecerá expuesta hasta el 2 de diciembre.

Hasta 46 obras cuelgan de las paredes de esta sala y son solo una minúscula parte de la colección de 200 que acabó seleccionando de entre más de 2.000 archivos. «Ha sido un trabajo de investigación desarrollado a partir de los registros que iba tomando para ´Com pluja a la mar´», relata la artista, reacia a revelar su técnica pero que confiesa que todas las imágenes han sido tomadas en su casa de Ibiza.

La consellera insular de Cultura, Pepita Costa, describe a Romaguera como «una artista multidisciplinar que ha hecho fotografía, pintura, escultura e instalaciones» y destaca la selección de fotografías digitales editadas mediante software que componen la exposición. A la presentación de la muestra asistió también la representante de la Obra Social de Sa Nostra en Ibiza, Carolina Escandell, a quien Costa agradeció una vez más la colaboración para mantener abierta esta sala como espacio en el que los artistas tienen la oportunidad de exponer su obra.

Las imágenes, refrescantes y serenas, presentan gotas de agua en diferentes contextos. La artista asegura que «por milagros de la creación» a veces «aparece algo en lo que te fijas, que te parece interesante, y tomas la decisión de seguir desarrollándolo para que se convierta en una obra concreta con su carácter y su propio peso». Eso, precisamente, fue lo que ocurrió con aquellos registros fotográficos que han terminado por protagonizar ´Palabra mar´.

El título escogido para esta muestra revela una tendencia a la abstracción. «En las obras y en los tonos hay una vocación hacia el agua, pero no quería concretar en el mar sino situarlas en un contexto más amplio que puede ir de un mar de estrellas a un mar de afecto o de dudas. Quería descontextualizar el mar y, de hecho, hay gente que en estas fotografías ve paisajes espaciales», explica la autora, que confiesa su voluntad de dejar abierta al espectador la posibilidad de interpretar e intervenir.