´Pistoleros´, así han titulado los artistas Robert Arató (Eslovaquia, 1959) y Òscar Gutié (Barcelona, 1971), la muestra conjunta que inauguran esta tarde, a las 20 horas, en la sala Can Curt de Sant Agustí y por ello han elegido para el cartel dos retratos suyos con caras de malos como en un aviso de ´se busca´ del viejo Oeste.

En ella, Arató y Gutié enseñan trabajos muy diferentes y con técnicas distintas en las que se combinan «lo etéreo y lo material del arte», según la nota explicativa de la exposición.

Arató, que durante mucho tiempo fue conocido por sus pinturas sobre el mar, busca ahora la energía del espacio, buscando la concreción de los elementos. Por su parte, Gutié crea en sus piezas una fauna surrealista de «seres solo posibles por la interacción de la imaginación y la materia».

«En común, la falta de ambages y ambigüedades. Ambos crecieron dentro de familias creativas y por ello el acto de crear es una respuesta natural, directa y necesaria. Es un acto simple: ejecución, o sea, apuntar y disparar, por ello son ´pistoleros´», añade la nota.

Arató, que tiene su estudio en Sant Josep, estudió arte en San Francisco y ha trabajado en diferentes ámbitos, como la ilustración, el diseño o la restauración de monumentos, antes de instalarse como artista independiente en la isla en 1996.

Gutié, hijo del pintor y profesor de arte en la Universidad de Acapulco Francisco Gutiérrez y de la ceramista Carmen Fernández, desarrolló su vocación artística desde temprana edad y desde 1995 trabaja en sus talleres de Barcelona y Ibiza. Concibe su trabajo con el metal, el material habitual de sus creaciones, como una «lucha».