Conversaciones en francés, distinción y reencuentro de amigos en el marco de un Club Diario conquistado por el rotundo color, alejado de lo naïf, que impregna la obra de Pal Sarkozy marcaron anoche la inauguración de su exposición ´Una nueva mirada´, que recoge 35 cuadros y una erótica escultura de llameante amarillo. Fue una fiesta contenida, educada, a la espera de la cena posterior de celebración del evento, donde la admiración de los asistentes, cerca de un centenar, por la figura y la obra de Sarkozy se solapaban.

«Es un niño que mira y reinventa la mirada. Cada vez que veo una exposición suya descubro algo nuevo», afirmaba la pintora Cristina Rubalcava. «Sarkozy es un bon vivant que ha sabido hacer de la vida algo maravillo y lo expresa con el arte», destacó durante la presentación del acto el director comercial de Diario de Ibiza Juan Suárez. Por su parte, Alicia Viladomat, comisaria de la muestra, que patrocina Elías Xech, recordó cómo «Pal está considerado un gran dibujante desde sus orígenes», que en la jubilación ha desarrollado su desbordante creatividad con la pintura. Viladomat también explicó que Sarkozy quiso cerrar en Ibiza el circuito de exposiciones de su obra reciente, «porque es, después de París, el lugar donde más vive», su otro hogar. «Y con mayor colorido», había declarado un rato antes el interesado con gesto cómplice.

Él, Sarkozy, abrumado por las atenciones y el interés , solo quiso dar las gracias, tras disculparse modestamente por su nivel de español. Se había pasado gran parte de la velada repartiendo abrazos, recibiendo besos y firmando amicalement ejemplares de su libro ´Tant de vie´, que no paró de venderse.

La fotógrafa Christine Spengler y el arquitecto, escultor y pintor Julio Bauzá también disfrutaba de una inauguración que contó con muchos representantes de la colonia francesa en la isla, el mundo de la empresa y profesionales de prestigio.