La manera en la que el papel higiénico te ahorrará la agonía cuando cocines: así es como debes incorporarlo para hacer recetas que no ensucien

Esto es lo que tienes que hacer

La manera en la que el papel higiénico te ahorrará la agonía cuando cocines: así es como debes incorporarlo para hacer recetas que no ensucien

La manera en la que el papel higiénico te ahorrará la agonía cuando cocines: así es como debes incorporarlo para hacer recetas que no ensucien

Valeria Montero

Una de las peores tareas a la hora de cocinar platos elaborados es terminar con la grasa acumulada de después. El uso del aceite y las salsas abundantes dan mucha riqueza a cualquier comida, aunque dan mucho más trabajo en todos los sentidos. En primer lugar, lo más normal es que ensucies mucha más vajilla que habitualmente, de la que además te costará más eliminar los restos.

Un clásico comiendo fuera de casa son los táperes. Estos envases son fundamentales para la supervivencia un día en el que no tengamos tiempo de volver para comer tranquilamente. Por norma general, los táperes suelen estar hechos de plástico, un material donde el olor se queda impregnado de manera mucho más fácil. Precisamente por esta cuestión lo mejor es sacar los envases de la fiambrera cuanto antes para, al menos, echar un chorro de agua y evitar que los restos se peguen.

No obstante, en ninguno de los casos la grasa es algo fácil de sacar. Es importante que aclares bien el interior del táper antes de echar mano al estropajo, ya que este acumulará con mucha facilidad los restos y lo más seguro es que termine siendo inservible mucho más rápido.

Papel higiénico dentro

Aunque a veces parece una tarea casi imposible de llevar a cabo, lo cierto es que existen ciertos atajos para conseguir que tu táper vuelva a quedar reluciente y no acumule grasa. Para llevarlo a cabo, no necesitarás nada más que el jabón clásico para el lavavajillas, agua templada y papel higiénico o papel de cocina.

Es tan sencillo como llenar el táper de agua, echar un chorro de lavavajillas y meter un trozo de papel. Después, cierra el táper hasta sellarlo y agita para que el trozo de papel absorba el máximo posible de grasa según toca las paredes. Para terminar, vuelve a aclararlo y pasa el estropajo como con cualquier otro útil de cocina.

Otro truco para acabar con todas las acumulaciones es el de echar un puñado de arroz. Este truco será muy útil para los envases más estrechos en los que no cabe un estropajo. Al igual que con el papel higiénico, cierra el envase y agita para que los granos arranquen los restos acumulados en las zonas más complicadas.

No más malos olores

Otra cuestión bastante incómoda es el olor concentrado en los táperes, mucho más habitual en función del uso que le demos al envase -y de si ese uso es cuidadoso-. El truco que debes aplicar en este caso es igual que el anterior, aunque con un pequeño aliciente.

Junto a las gotas de jabón, el agua y el papel higiénico, incluye una cucharada de bicarbonato. Este producto cuenta con propiedades que absorben el olor y lo neutralizan al entrar en contacto con ácidos.

Sin embargo, un táper no tiene vida infinita. Debes tener en cuenta que en algún momento su funcionalidad llegará a su fin, y en ese momento deberás remplazar tus envases por otros en condiciones. El tacto es un indicativo de que el táper ha sufrido daños al entrar en contacto con alguna superficie caliente. Si el táper tiene manchas que no se pueden eliminar, cortes o no se cierra del todo quizás sea hora de tirarlo a la basura y encontrar uno que aísle bien tus alimentos.