Telecinco lo llama 'Viva la vida'. Toñi Moreno, la presentadora, dice que es un programa de actualidad, y que tiene entrevistas, debates, música, y periodistas en cartera. La cosa se estrenó el sábado, no sé si con María Teresa Campos, desde el hospital, viendo con el rabillo del ojo cómo la Toñi le burló el puesto.

Si un programa se dice de actualidad, y cuando te dan el listado de periodistas, o tienes la desgracia de verlo, y descubres que Antonio Rossi o Carmen Ro tienen asiento asegurado, lo tienes claro. Ahí huele a algo raro, rarísimo. ¿Actualidad? ¿De qué? Coño, de qué va a ser, gilipollas, si estamos en Telecinco. Por si hubiera duda, por si durante la semana no se hubiera hablado bastante de 'Supervivientes', en 'Viva la vida' también tiene sitio la analista Belén Rodríguez, que da cuenta del último minuto de la inenarrable Gloria Camila y su Kiko, otro Kiko.

Vi, que es a lo que voy, el programa. Bueno, un poco, un rato. Vale. No lo he visto. Sólo he visto algunos vídeos. Y juro por las zapatillas voladoras de la Toñi que no deseo a nadie que pase por semejante trago. Claro que es un programa de entretenimiento, como si 'En portada' o 'La noche temática' no lo fueran, pero eso no es un salvoconducto para achantar la cabeza o preparar el gaznate y tragarte todo, todito lo que te echen.

Que se case Risto Mejide, como él diría, me la trae al pairo. Que cante un etcétera que hace música -¿Música?- salido de un espacio como 'La voz', que es a la música lo que una hamburguesa a la comida sana, no sólo me la trae al pairo sino que me saca de quicio.

Eso sí, si usted vio 'Viva la vida', si se identificó con ese tipo de diversión, y se sintió feliz, usted es de Telecinco hasta la médula. Y no pasa nada. Bueno, salvo que se le va la tarde del sábado por el sumidero.