Me gusta La 2 y no soy un bicho raro. Leo la frase, orgullosa afirmación con su puntito de arrogante elitismo y su pizca de sensación de derrota porque su oferta no engancha a tanta audiencia como uno piensa que merece, en la red social de Mark Zuckerberg. El treintañero forrado de billetes que tuvo que dar explicaciones el martes en el Senado de EE UU por las filtraciones de datos personales, de millones de usuarios de Facebook, para uso de terceros con fines espurios.

Me gusta La 2 y no soy un bicho raro, digo haciendo mía la frase. Algo debe de haber porque el martes, huyendo del tufo insoportable a mala cocina del Telediario, en este caso el que presenta Ana Blanco por la noche, llegué a la balsa de La 2 y desde el minuto cero me atrapó lo que me ofrecía. Ni me acordaba que había un estreno, pero allí estaba ´Cartas en el tiempo´, y me quedé.

Me atrapó la idea, y me emocioné de forma especial con una de ellas. Verán. ´Cartas en el tiempo´ es un programa que mezcla la historia, la recreación dramática, el documental, y el retrato social de las épocas en las que fueron escritas, casi al borde de la muerte, por personas conocidas o no tanto. En la primera entrega se escuchó la carta que Cervantes (interpretado por José Luis Gómez) escribió tres días antes de morir al Conde de Lemos, y la de Diego de León (Fernando Gil) en 1841 a su esposa.

Pero la que más me emocionó por el tono, por su magnetismo, por la ajustada y magnífica interpretación de Claudia Benito, fue la que escribió Blanca Brisac, una de las 13 jóvenes (´Trece Rosas´) fusiladas en Madrid por las tropas franquistas en 1939, a su hijo. Con ´Cartas en el tiempo´ puede uno decir que le gusta La 2 y sí, quizá sea un bicho raro.