En la provincia de Zamora hay un reducido grupo de personas que no ve con pesar y malos ojos la llegada del otoño. Lo que para algunos simboliza el regreso de las lluvias, el frío y la vuelta al abrigo, para otros significa el inicio de temporada de su afición particular: la recolección de setas. Pero la vista de un grupo de druidas, con Panoramix a la cabeza, empuñando sus hoces y yendo al bosque a recoger hongos no puede ser más errónea.

En Zamora la Asociación Micológica se encarga de informar a la población y concienciarla sobre la peligrosidad del hecho de salir a recoger este tipo de hongo tan preciado; y, por supuesto, también de disfrutar de las setas y de la acción de recolectarlas. Por ello, nadie mejor que Pedro Pérez Alonso, presidente de dicha agrupación, para hablar sobre la apertura de esta nueva campaña que se espera como excelente debido a la cantidad de lluvias que han ido de la mano con el fin del verano.

Pérez Alonso y sus compañeros no son meros aficionados, la asociación, de aproximadamente unos 250 socios, está formada por verdaderos profesionales, desde médicos, pasando por farmacéuticos y botánicos, entre muchos otros, y tiene un bagaje de más de 15 años que los avala como verdaderos entendidos. Durante ese tiempo se han dedicado a informar a la población a través de boletines anuales muy técnicos y hechos por "gente con bastante nivel, dedicado para micólogos y especialistas"; y a ayudar a los que llevan sus setas para verificar su tipología y buen estado. Sobre todo teniendo en cuenta las altas cifras de intoxicados que se repiten un año tras otro.

El peligroso y frágil mundo de las setas

El mundo de las setas, aun siendo muy éxotico, no puede verse como una simple actividad lúdica, y es por ello que existen este tipo de asociaciones, cuya misión es concienciar a la gente de la peligrosidad que esta labor conlleva. Porque cuando la vida está en juego se deja de hablar de un hobby para pasar a hablar de una actividad de alto riesgo que, si se estudia, puede ser terriblemente atractiva, pero si no, será muy perniciosa o definitiva.

"Un día estábamos en la asociación y vino un hepatólogo de Barcelona, un auténtico especialista en los venenos de las setas. Nos dijo que unos chavales jóvenes habían ido a coger ´monguis´, que son unas setas alucinógenas, y cogieron unas setas mortíferas. Contó que cuando aterrizó en Santiago de Compostela uno de ellos ya había muerto, y que otro murió tras realizársele un trasplante de hígado. Uno de ellos se libró con un trasplante de riñón", relata el presidente de la asociación zamorana. Y es que a veces este tipo de historias tan impactantes calan más en la sociedad que los simples datos sobre intoxicaciones, que no son ni mucho menos escasos.

Si el dicho que reza "hay setas que sólo se comen una vez" es considerado popular, sólo lo es porque éstas pueden ser verdaderamente mortales, como las ´amanita phalloides´, pudiendo un solo ejemplar acabar con la vida de un hombre. Por ello la Asociación Micológica Zamorana incide en dar a conocer los peligros de esta actividad, aunque no sólo en eso se basa su existencia. La preservación de los bosques es considerada igualmente importante: "Las setas son muy beneficiosas para los árboles, y si están ahí es por algo. Aparte de las comestibles y las venenosas, hay un amplio margen de grises, de setas que sólo tienen interés botánico, y a lo mejor en alguna de ellas está la solución del cáncer. Ya ocurrió con la penicilina. Por eso hay que respetar el bosque y no destruirlo, porque hay muchas cosas que están ahí para las generaciones que vengan. Lo que tratamos de hacer es recordar que el bosque es vital, que es necesario, que el bosque es vida; y concienciar sobre los efectos tan perniciosos de los incendios forestales, que ya los hemos tomado como algo normal".

Recolectar sin dañar el medio ambiente

Aunque afortunadamente no todo en el mundo de las setas es peligro e historias con final trágico, sino que es también muy rico y apasionante, tanto para el paladar como para la ciencia. Por ambos motivos es imprescindible saber disfrutar de esta afición de manera sostenible, respetando tanto las normativas como, lo que es aún más importante, el medio ambiente, cumpliendo con los consejos que desde la Asociación Micológica Zamorana insisten en repetir: "Para recoger setas de forma responsable sólo se necesita una cesta, una navaja y conocimiento. Hay que acabar con esa recogida indiscriminada que se produce en algunos pinares con rastrillos. Las setas se sustentan en un mundo frágil, y si arrastran con materiales con los que no se deben recoger pues se puede acabar con las setas de los años siguientes. Igual que recogerlas con bolsas, porque las setas esporan con el movimiento de la cesta, y esa es la base para reproducirse. El reparto de esos espermatozoides es lo que hace que se vayan repartiendo", ilustra Pérez Alonso.

Lugares donde encontrarlas y arte culinario

Una vez conocidos los peligros y las normas para ejecutar esta actividad, toca la cara amable porque, como en todo hobby, hay algo de este mundo que engancha, que cada vez atrae más adeptos, y en Zamora, con una sierra que es "probablemente de los mejores lugares del mundo del boletus edulis", no es algo que se pueda desaprovechar.

"Sanabria, La Carballeda y Aliste, esa ´L´ en el mapa de la provincia, es con diferencia la mejor zona. Hay un mundo inmenso, y Zamora tiene además una suerte tremenda porque hay muchísimo campo y unas setas espectaculares. Las ´russulas´, los níscalos, los ´pleurotus´, los cucurriles (€) Luego están las amanitas cesáreas, exquisitas y de poca complicación para alguien con un mínimo conocimiento. Tierra de Campos para las setas de cardo también es muy buena. Es una seta espectacular, para mí tan rica como el boletus, si no más. Las setas de cardo van muy bien con la caza, con la carne, y a mí, personalmente, me gusta muchísimo. Está en todas las cunetas. Va directamente unida al cardo, porque las setas funcionan muchas veces en simbiosis".

"Todos los tipos de bosques representados en Sanabria, Carballeda y Aliste albergan gran cantidad de especies de setas; desde los pinares más umbríos y de suelos muy ácidos hasta los bosques maduros de especies frondosas. Aunque también se pueden encontrar setas en campiñas, prados, pastizales, eriales, escobonales, brezales, caminos, lugares húmedos, turberas, terrenos secos e incluso sobre las construcciones humanas", según explica la web micología.adisaclavoz.com.

En estos lugares hay infinidad de rutas para disfrutar de la recolección de hongos, y no sólo durante el periodo otoñal, cuando las lluvias y las buenas temperaturas propician el crecimiento de setas, sino también en primavera, que, aunque no llegue al nivel de un buen otoño, puede ser sobradamente provechosa. Incluso algunas especies sólo salen en esta época del año. En Sanabria, por ejemplo, hay itinerarios como los de castañares de Rozas, el pinar de Terroso, Lubián, Monte La Fraga, el de Robledo con final en el vivero de Ungilde, el de Trefacio a Murias, y Peña La Olla a El Puente. En La Carballeda se puede recoger setas en lugares como El Fontirín, Molinos del Río Negro, el de Lanseros que termina en Sejas de Sanabria, pinar de Perilla, Villardeciervos o Valdesanabria. Pero, en general, todo el noroeste zamorano es muy rico y productivo.

Hablar de setas es obligatoriamente hablar de gastronomía. Es cierto que mucha gente las recolecta para venderlas, pero muchos de ellos sólo lo hacen para su disfrute, para gozar de un plato exquisito y, en ocasiones, también muy caro. "Yo creo que aquí en Zamora siempre se ha cocinado todo a la plancha con un poquito de sal y aceite, que está muy bueno, pero hay mil maneras. De hecho está demostrándose cada día en los restaurantes de Zamora que se les puede dar muchos usos: carpaccios, guisos, reducciones€ Hay muy buenos cocineros en Aliste, Sanabria o Zamora que trabajan muy bien las setas. Y luego está el mundo de las trufas, que es un mundo de olores, de percepciones, de texturas; y también carísimo".