Opinión

¿Para qué sirve un libro?

@ Fdelama

El pasado lunes, durante la presentación en Can Ventosa de la nueva novela de David Ventura, ‘Sortir a córrer, rentar-se les dents, portar-se bé’, se produjo una agria discusión entre el autor y el presentador del acto (yo mismo) sobre si es necesario leer los libros o basta con comprarlos. Es cierto, como defendió Ventura, que la utilidad de un libro va mucho más allá del hecho literario. Un libro proporciona prestigio sociocultural solo con llevarlo bajo el brazo o dejarlo descuidadamente abandonado sobre la mesita del salón. Una estantería poblada de libros es el fondo perfecto para el lugar de la casa desde donde hacemos las videollamadas, también puede servir para calzar una mesa o una silla que cojea o para utilizarlo de peso en ciertas elaboraciones culinarias, como el salmón marinado, e incluso puede llegar a emplearse como arma si se utiliza un volumen grueso, de tapa dura y se dispone de una cierta distancia, entre otras muchas funciones. Ya sé que insistir en que hay que leer los libros puede resultar bobo o romanticón y defender que la lectura puede ser un hecho revolucionario suena a soberbia gastada, pero ahora que se acerca el 23 de abril podemos llegar a un acuerdo: compren libros, pueden quedárselos o regalarlos y que cada cual les dé el uso que considere oportuno.

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