Leticia Sabater es una cantante que no deja indiferente a nadie: hay quien la odia y la ve ridícula y quien la adora. Independientemente de lo que uno piense de ella lo cierto es que no para de trabajar en sus bolos y de recorrerse toda España para seguir haciendo lo que le gusta: subirse a un escenario para cantar.

Desde que debutase en televisión en 1986 como figuración en el concurso 'Un, dos, tres... responda otra vez', la catalana, de 57 años, no ha dejado de estar frente a las cámaras.

Leticia Sabater se rompe

Esta semana ha visitado el plató de 'Y ahora Sonsoles', donde ha contado muchísimas cosas y donde también ha emocionado mucho, sobre todo al recibir los aplausos del público del programa.

De pronto, la artista se emocionaba y no podía controlar las lágrimas. ''Perdón me he emocionado con el aplauso del público porque es gente que lleva muchos años siguiéndome y han estado en las buenas y en las malas (...) A veces te va mejor y otras peor, pero creo que nunca hay que rendirse porque es la manera de conseguir tus objetivos'', confesaba Sabater.

Y es que la artista lleva muchos años en la industria de la música y, a pesar de que se ha caído, ella siempre se ha levantado. "Muchas veces, para llegar a cosas que te gustan, tienes que hacer cosas que no te gustan", ha asegurado.

Ella, desde siempre, ha dicho, ha sido una persona muy trabajadora, pero el público se ha mantenido junto a ella a pesar de las polémicas y las cosas que ha hecho mal. Ella cree que la gente, con el tiempo, sabe cuando una persona lucha por su trabajo sin hacer daño a nadie.

También hemos hablado con Leticia acerca de su infancia, en la que sufrió mucho por el bullying que padeció. Sus familiares nunca quisieron que ella se metiera en el mundo del espectáculo, e incluso estuvo dos años sin hablar con su padre.

Cuando nació, lo primero que su abuelo dijo fue que la niña no tenía solución, porque "era tremendamente fea". Además, nació con un problema, pero su madre, a base de biberones pudo sacarla adelante, ya que aunque comiera no entraba nada en el estómago.