Es auténtica como la vida misma y tiene su plataforma de lanzamiento en la descripción de los dos protagonistas, dos adolescentes de 13 años que sorprenden por su convicción y por su vitalidad. Lejos de esa visión a menudo ternurista o, en el caso contrario, carente de la necesaria sensibilidad, la película pinta a Tony y a Jake, que se han hecho amigos inseparables en las calles del Brooklyn neoyorquino, con esos rasgos de naturalidad que abren las puertas de su interior a todo el público. Es una nueva muestra del buen hacer de un director, el norteamericano Ira Sachs, que en 2014 sorprendió a todos con un producto notable, 'El amor es extraño'.

Con 'Verano en Brooklyn', que se vio en el Festival de Sundance y en la sección Perlas de San Sebastián, ha dado incluso un paso adelante. Se puede definir, dehecho, como esa pequeña joya que se agradece infinito. Toni y Jake, desde luego, son seres de carne y hueso que hacen mella en un auditorio que se mete de lleno en sus problemas. Se han hecho amigos porque el primero vive en el establecimiento que tiene su madre, Leonor, una inmigrante chilena, en el edificio del que es propietario Brian, el padre de Jake.

Los problemas entre ambas familias, que rompen la armonía que siempre había reinado entre ellas, son consecuencia de la muerte del padre de Brian y de la decisión consiguiente de este último de elevar el alquiler de la vivienda, supuestamente muy barato para los tiempos que corren. El caso es que esa circunstancia, que no puede asumir Leonor, obligaría a que ella y su hijo dejaran el inmueble.

El factor mejor descrito de la cinta es, con mucho, la reacción de los personajes ante la cruda realidad que se abre con las nuevas exigencias que impone Brian en el alquiler. Es curioso que en este aspecto el malestar inevitable y lógico que surge entre los padres de los dos muchachos tiende a trasladarse a estos últimos, que para evitarlo deciden empezar una especie de campaña tendente a convencerles de que no se produzcan cambios en la cuota mensual. Queda muy claro que Tony y Jake son los únicos que se mueven sin intereses.