Encaja perfectamente en la obra del director y guionista Pablo Moreno, que se ha dedicado por entero a un cine religioso marcado por un toque maniqueo y simplista que no casa en absoluto con el rigor y con la precisión.

´Red de libertad´ insiste en los defectos habituales de sus cinco largometrajes previos, entre los que figuran ´Pablo de Tarso´, ´Un dios prohibido´ y ´Poveda´, con una descripción monolítica de los personajes y un tratamiento muy endeble del soporte dramático.

Por ello y a pesar de que el personaje central de la película, la monja francesa Helena Studler, ofrecía de antemano muchas más posibilidades que los que forman su catálogo previo, no evita caer en una blandura exagerada y en un sentimentalismo obsoleto. Lo peor es que todo ello conduce a un territorio en el que la pérdida de credibilidad es inevitable y demoledora.

Producción íntegramente española, rodada en Portugal y en España, aunque transcurre por entero en las cercanías de Metz, en el norte francés, quiere ser un homenaje a la figura de una religiosa que se entregó por entero a ayudar y a liberar a los prisioneros de un campo de concentración nazi en la segunda guerra mundial, logrando que más de dos mil de ellos salvaran su vida y recuperaran la libertad. Se volcó, sobre todo, con los refugiados, -un tema tan de actualidad ahora-, los más frágiles en cuestión de derechos, por lo que fue recompensada con los más altos honores por las autoridades galas.

El problema, sin embargo, es que esta relevante base de la cinta no tiene el tratamiento narrativo, estético y humano que merecía y el producto se viene abajo, en gran medida por su sintaxis pobre y muy limitada y por el diseño de unos personajes, en concreto los nazis, carentes de entidad propia. Lo peor, entonces, es que la película pierde interés y su exagerado metraje pone a prueba la capacidad de resistencia del espectador.