Era un desafío en toda regla, nada menos que un remake de 'El seductor', basada en la novela de Thomas Cullinam, que dirigió en 1971 Don Siegel y que tenía como protagonistas a Clint Eastwood y Geraldine Page, que casi medio siglo después la directora Sofia Coppola ha logrado superar sin problemas ni fisuras, conformando un producto que encaja plenamente en una privilegiada filmografía, que aglutina seis magníficos largometrajes, entre ellos 'Lost in traslation' y 'Maria Antonieta'.

Exquisita, con una ambientación impecable que se vale de escasos pero convincentes elementos, la cineasta ha logrado meterse con plena convicción en un universo singular que adquiere verdadero sentido. Con un magnífico reparto, es cierto que las mujeres están más brillantes, sobre todo Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning, pero Colin Farrell tampoco desaprovecha la ocasión de dar vida a un soldado que se mete sin saberlo en un ámbito exclusivamente femenino.

Fascinada por el libro de Cullinam, la realizadora no ha dejado escapar la ocasión de llevarlo a la gran pantalla partiendo de una base diferente que enriquece su contenido, en concreto observar la historia a través de la retina de la mujer. Para ello nos traslada a la guerra de Secesión y nos introduce en un marco decadente y aislado, un colegio del sur de Estados Unidos que intenta salir adelante en una coyuntura más que delicada.

Tanto es así que aunque el único hombre que aparece tiene un innegable peso específico, lo es en función del clima de represión y de envidia que se genera en función de la presencia femenina. El caso es que el "seductor", un militar que ha resultado gravemente herido y que es acogido y cuidado por las alumnas y profesoras, siete en total, incluyendo dos niñas, desata las pasiones hasta niveles impensables, despertando en ellas unas sensaciones sexuales que o no conocían o hacía mucho tiempo que habían olvidado.