Alumbra una esperanza de futuro en el cine argentino que puede ser una realidad de inmediato si confirma cualidades evidentes que hacen acto de presencia en esta sugerente e interesante opera prima.

Francisco Varone, que es también responsable del guión, es un director que sabe el terreno que pisa a la hora de manejar unos personajes delineados con precisión que, además, conectan con el auditorio. Es más, sus buenos modales narrativos se sienten en una cinta que efectúa una mezcla curiosa de géneros, desde el drama y la comedia hasta la road movie, con resultados positivos.

El actor Rodrigo de la Calle aprovecha la oportunidad de dar vida, sobre todo, a dos individuos radicalmente distintos pero a los que las circunstancias conducen a un mismo destino.

La película fue bien acogida por la crítica y prueba de ello es que obtuvo premios en los festivales de Tesalónica y Mar del Plata.

Camino a la Paz, título que juega con el doble sentido de la capital boliviana y de la paz interior del hombre, nos muestra el proceso de cambio que experimenta Sebastián, un joven conductor de coches de alquiler, como consecuencia de su encuentro con un anciano de salud muy delicada, Khalil, que le pide un servicio muy especial muy bien recompensado. Se lo pide a él porque a pesar de que no se han caído muy bien y que Khalil es un argentino de religión musulmana, parece que hay algo que les une, aparte por supuesto del dinero. Sin dejar de lado que Sebastián está atravesando un momento muy delicado tras el despido de su mujer y trasladar a un cliente de Buenos Aires a La Paz, distanciadas 3000 km., puede aliviarles mucho. De ahí que acepte la propuesta. Ya en ruta, las vivencias que van a compartir, por encima de todo la que viven en una comunidad musulmana, permitirán, especialmente a Sebastián, que experimenten modificaciones profundas de tipo espiritual que les permitirán conocerse a sí mismos y moverse en otras coordenadas menos egoístas y más solidarias.

Lo dicho, una película a tener en cuenta y con virtudes que no escapan a nadie.