En palabras de Margot Jabbour, su muestra 'Los colores del refugio', que inaugura hoy a las 19 horas en el Club Diario de Ibiza, es «una hermosa obra de amor y, sobre todo, de fe en la posibilidad de una realidad más colorida y feliz». Por primera vez, la artista aborda el mundo árabe en sus obras, con la mujer como protagonista, y llama la atención sobre los niños y madres que viven en los campos de refugiados. Jabbour reclama «piedad y amor» ante una situación que «sigue y seguirá». «Necesitamos colaborar», indica y pone el acento en el hecho de que en Eivissa no haya refugiados sirios.

De padres libaneses, las circunstancias personales de Jabbour han hecho que en los últimos años creciera su vínculo con esta tierra. «He ido más veces, he mirado con mis propios ojos más veces, he tenido más contacto con la gente y todo va saliendo», destaca la artista, quien en este tiempo ha visitado asentamientos de refugiados sirios en ese país. Allí ha conocido a niños y mujeres y subraya que estas últimas, «a pesar de tanto dolor y sufrimiento», tratan de «elevar la belleza de la vida».

Jabbour empezó a retratar mujeres -«siempre he pintado figuras femeninas; me gustan las figuras humanas, es lo que hago bien», resalta- a través de las imágenes que venían a su mente tanto de las que conoció en los campos de refugiados como de las protagonistas de pinturas de artistas árabes a quienes tuvo como referencia. En ellas, sin embargo, destaca que la realidad monocromática habitual ha sido sustituida por «una explosión de color y vida», que aparece de la misma manera en el resto de cuadros que expone. «Siempre me han gustado los colores, poner vida a mis obras, que creo que es mi marca de identidad: el color, la alegría, la esperanza a través del arte», subraya la artista.

Pero la muestra va más allá de la pintura. En ella, Jabbour presenta el trabajo del proyecto Conexus, que lleva el arte a los campos de refugiados, enseñando a los niños y adolescentes a pintar y a expresarse de este modo en un ambiente «muy difícil, muy duro, de mucho sufrimiento». En este sentido, además de exponer fotografías de los chicos y chicas mientras pintan, se proyecta un vídeo. «La idea es traer la belleza, la alegría de esta gente que crea cosas muy buenas», dice y recuerda que son personas «que están sufriendo» y que sólo quieren «una oportunidad».

Ligada a la figura de la mujer, en la sala se instalará también un maniquí con una prenda de ropa femenina. «Visten muy bien, les encanta poner brillos, colores, el maquillaje. Les encanta despertar la sensualidad y la belleza aunque estén todas cubiertas. Eso es la mujer árabe. Por eso los colores fuertes», afirma. Y, por último, habrá lugar para la poesía, concretamente la de su tío Rachid Salim Curi, «un poeta muy importante en el mundo árabe», afirma Jabbour. «Pondremos aquí su poema más importante, que habla sobre el 'colo materno', que es el afecto», concluye.