Rocío F. Fraile empezó a estudiar ballet clásico a los cuatro años y se nota en la forma como se traslada por la sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Sant Francesc mientras explica las ocho obras que forman parte de su muestra 'Sumie', inaugurada ayer y que puede visitarse hasta el 25 de marzo. Son ocho creaciones tan etéreas como su caminar, realizadas con la técnica japonesa Sumi-e que emplea la tinta china sobre papel de arroz. En esta ocasión, Fraile se ha atrevido a innovar este centenario método de dibujo, en su origen monocromático, añadiendo algo de color en sus obras. En la temática también innova sutilmente, integrando en la naturaleza, omnipresente en las obras Sumi-e tradicionales, una figura humana que representa «un movimiento de danza que recuerda al vuelo de una mariposa», explica Fraile.

«Este tipo de pintura, que empezó como una forma de meditación del budismo zen, expresa un poco cómo tú te sientes y busca ir a la esencia, no buscas terminarlo todo, que sea todo simétrico», apunta. Además, «no permite retoques ni modificaciones posteriores, tienes que practicar mucho la técnica antes de empezar», termina.

Hanakotoba

«También trabajo con un concepto llamado hanakotoba, el lenguaje de las flores», declara la artista. «Por ejemplo, el almendro, que significa esperanza; el cerezo, que significa belleza efímera, y la parra, que representa la fortaleza».

Rocío F. Fraile trabajó como ayudante del reconocido artista Antonio Villanueva, y con él aprendió a preparar las bases de sus cuadros. «Antes de ponerme a pintar rompo las piezas de papel de arroz y luego las uno con engrudo a base de harina y agua», explica. «Es la técnica más tradicional y lo que se consigue es poder realizar obras más grandes, ya que el papel de arroz ni se rompe ni se arruga», enseña.

Esta artista polivalente, enamorada de Japón desde que descubrió la danza Butoh, es la creadora de la compañía de danza Bàtáfurai con sede en Ibiza.