Actual, desenfadada, directa, inteligente, irreverente por momentos, divertida... Así es Sol Aguirre (ibicenca nacida en Barcelona «hace unos cuantos años)», así es su exitoso blog ( lasclavesdesol.com) y así es también su primera novela, 'Algún día no es un día de la semana', que se presenta hoy (20 horas) en el Districte Hipérbole de Vila. Una radiografía sin «paños calientes» sobre la sociedad y sus estereotipos y sobre la feminidad, la amistad, las relaciones y la vida. Un año en la vida de la protagonista, Sofía, que comparte con su madre literaria soltería, hijos adoptados y alguna otra neura...

La transición de un blog

Esto sólo lo sabéis en Ibiza (risas). En otras partes ni se comenta [ya ha habido tres presentaciones en Madrid, Barcelona y Lloret). Pero llámelo como quiera: la crisis de los cuarenta o plantearte qué quieres hacer con el resto de tu vida. Y porque parece que si has elegido algo a los veinte años tienes que hacerlo toda la vida. Lo mismo pasa con los matrimonios, con todo. Y como soy muy inquieta me gusta hacer cosas diferentes.

Escribir el blog

Cierto, y ha crecido y cada vez me siento más a gusto con él. Es como el sillón desde el que puedo contar las cosas. He encontrado mi voz. Era un salto necesario e incompatible con mi anterior trabajo. ¡Y además tengo dos hijos!

Hay que ser valiente...

Eso dicen, pero la otra opción no es factible para mí. No voy a tomar nunca las decisiones por miedo. Hay que decidir teniendo en cuenta dónde quieres ir. Y si no, pues el plan b. Pero nunca quedarse en el sitio. Además, siempre me ha gustado contar cosas...

Cosas muy cercanas...

En el libro y en el blog, porque de lo contrario no sabría contarlas. O no como quiero contarlas. Creo que cuando escribes desde las tripas llegas a las tripas del otro. Con el libro tenía miedo porque es un formato largo y te preocupas por si tiene ritmo, si le va a importar a alguien, si se entenderá lo que quiero decir...

¿Y qué tal la respuesta?

Por los mensajes que me llegan, ¡se ha entendido! ¡Y les llega donde yo quería que les llegara!

Tras leer el libro elegí, hace unas semanas, varios adjetivos: fresco, valiente, irreverente y actual.

Sí, sí. ¡De 2016! (risas). Escribo sobre lo que pensamos y nos pasa a las mujeres, aunque también me están llegando mensajes de hombres...

Pues no sé qué dirán, porque no salimos muy bien parados con esos 'empotradores' y 'mareadores' que critican Sofía y usted, en el libro y en el blog

(Ríe). Un amigo que me presentó el libro hace unos días me comentó que le parecía muy interesante porque te planteas después de leerlo que la chica que te acompaña en el coche ¡es posible que esté pensando en tirarse un pedo! La historia se narra desde el punto de vista de una mujer, pero creo que si alguien se plantea en un momento de su vida si está donde quiere estar... ¡Yo estoy donde quiero estar!

Traza en el libro una radiografía de la sociedad muy particular, descarnada.

Es que los paños calientes... Es mi manera de escribir. Ahora estoy escribiendo en el blog sobre la importancia de las palabras. Deberíamos poner nombre a situaciones maravillosas, como estar en el sofá con tu chimenea, tu chocolate y hablando con tus amigos de temas nada serios. ¡Deberíamos ponerle nombre a muchas más cosas porque así las tendríamos en cuenta y las buscaríamos! Para el Día de la Mujer he escrito en mi blog sobre esto. Por ejemplo, llamar 'yatiqué' a esas mujeres que deciden vivir su sexualidad libremente (risas). Y 'nunkamás' a la que se pira al primer signo de violencia...

La importancia de decir las cosas de una u otra manera.

Creo que determina la manera de llevar tu vida.

Casi coincide la presentación del libro con el Día de la Mujer. Y es una obra muy feminista.

Me comentaba el otro día una mujer que me conocía que ella era un poco feminista. Le respondí que yo no, ¡que yo era del todo feminista! La feminista o el feminista, que espero que haya muchos, es quien piensa que debemos tener igualdad de oportunidades y de todo. Nada más. ¡Que somos iguales!

Somos tan torpes los hombres...

Somos muy diferentes. No es que seamos géneros diferentes, es que somos especies diferentes. Y por lo tanto entenderse requiere de tal amplitud mental por parte de los dos, que la mayoría de la gente no estamos preparados. El problema es que vivimos en una sociedad que te mete en la cabeza que los hombres y las mujeres deben casarse y tener hijos... Y que tenemos que juntarnos y para siempre, porque de lo contrario tu vida es un fracaso. La felicidad es libertad para decidir cómo quiero vivir. ¡Como si quiero quedarme en casa lavando calcetines! Si lo he decidido, así debe ser.

Las cosas no van tan bien como nos dicen, entonces.

Para nada. Empezando por algo tan básico como los salarios y las tareas el hogar. Y así mil historias. Vamos por la vida dándonos cabezazos contra la pared de una manera absolutamente escandalosa. ¡Y la responsabilidad es nuestra! Estamos en un país latino donde se aplaude a la madre total, a la madre coraje... Yo quiero ser nórdica (risas).

Son papeles asumidos.

Desde luego, por unos y por otros. Y que no se nos olvide que a los machistas los educan mujeres, mujeres machistas...

¿Qué hay de autobiográfico en el libro?

Hay de todo, y le digo que lo más inverosímil suele ser realidad. Los personajes están basados en gente real, unos más que otros, y el marco es real: una madre soltera con dos hijos adoptados... Pero creo que si los hechos han pasado o no, es lo de menos... ¡Qué más da!

Sofía parece un calco suyo...

Creo que Sofía somos todas.

Con muchos matices.

La gente que me conoce me ve a mí en el personaje y quienes no me conocen se ven a ellas. Y me encanta, porque mi intención es que las mujeres se identifiquen. Conservo y cuento lo que veo y lo que me pasa.