Jesús De Miguel, artista palentino afincado en Ibiza desde hace 16 años, inauguró este jueves una muestra de su obra en el espacio de cultura Es Polvorí de Dalt Vila, que gestiona la Fundación Baleària.

Poco amigo de hablar de su propia obra, es el artista y crítico de arte Daniel Niewald quien describe a este creador como «un superviviente del arte, capaz de redefinir con él la cultura de su tiempo». «Estilos tomados del dadaísmo, del cómic, el punk, el collage e incluso de las prehistóricas pinturas rupestres, se unen en sus cuadros con la sola intención de expresar de manera plástica lo indescriptible de este mundo, esto es, el universo delusorio de conciencia y sentimientos», relata Niewald.

De Miguel se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca en 1999, en la que se especializó en pintura. Además, realizó un máster en animación y diseño en 3D en la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES Madrid en el año 2000. Desde 1994 ha realizado diferentes exposiciones, tanto colectivas como individuales, una de ellas en el Club Diario de Ibiza en 2015, y también en diferentes ciudades de España como Madrid o Salamanca. También ha hecho incursiones en el grafiti, en el mundo de los vídeos y en la música.

Rechazo del ´postureo´

De Miguel, que rechaza el ´postureo´ y al que le resulta casi ridículo darse importancia como artista, defiende la pintura como forma de expresión. «Pinto por pintar, no quiero que mis obras sean un relato ni tengan nada místico. Solo quiero pintar para ver hasta dónde puede llegar como forma de expresión», asegura.

Niewald afirma, por su parte, que su pintura « es una forma de poesía visual que desata recuerdos de lúdica inocencia, saltándose los encorsetamientos propios de nuestra cultura para romper en un personal estilo libre de anarquismo amoroso y tierno», añade. «De hecho su obra se autodefine ante el espectador quien por fin logra traspasar los límites racionales al contemplarla», apunta el crítico.

La dictadura del ´arte´

De Miguel, por su parte, asegura que incluso le molesta bastante la palabra arte: «no entiendo por qué tiene que estar todo ligado a esa palabra. Está muy bien que se quiera convertir en arte todo lo que uno hace, pero eso es mucha presión. No todas las creaciones tienen por qué ser arte, no estamos obligados a que todo sea arte», sentencia el pintor palentino.

El artista se siente incluso más libre en sus incursiones en la pintura o en la música porque, como las controla «menos que la pintura», le hacen sentir menos limitado.

Para conocer más su trabajo es muy recomendable visitar www.jesusdemiguelibiza.com, su página web, que no es nada convencional, como el artista.

La exposición se puede visitar en el este espacio hasta el 29 de enero. Es Polvorí, que es de propiedad municipal, ha recibido en los últimos cinco años más de 51.000 visitantes.