La captación del momento efímero desde un ámbito escultórico ha sido para Laura Maresc el motor de vida en los últimos años. Para la artista todo deviene pasajero, tanto en el espacio como en el tiempo, reflejando en cada una de sus obras la transitoriedad y la vulnerabilidad de elementos esenciales como son la casa, el nido o un barco, que representan una estabilidad muy fácil de quebrar. ´Efímers´ es su primera exposición en Formentera, que se podrá ver durante 12 días en la sala de exposiciones del Ajuntament Vell en la plaça de la Constitució en Sant Francesc.

Laura Maresc, originaria de Andorra, supo desde muy joven que quería vivir de la creatividad. La artesanía era un buen punto de arranque para elaborar objetos que estuvieran entre lo utilitario y lo creativo, poniendo la cerámica y la modelación de la madera al servicio de una función. Hasta los dos últimos años su trayectoria ha sido completamente artesanal, mostrando sus piezas de joyería, bisutería y complementos de la casa en varios mercados de Ibiza, Menorca y Formentera. Después se sumergió «en lo meramente artístico», confiesa la autora.

De las 15 obras, una parte han sido producidas en el último año y la otra rescatada del pasado y readaptada. «Llevo toda la vida trabajando con lo efímero de la vida», explica Maresc, que comenzó produciendo piezas con elementos orgánicos extraídos del entorno natural, pasó después a cuestionar la estabilidad como concepto a partir de elementos simbólicos como la casa, que según la autora «tiene una estabilidad relativa», por eso aparece en alguna de sus obras como suspendida. En otras piezas cuestiona la duración del tiempo, un tiempo que lo muestra como su propio reflejo, con un reloj de arena sobre un espejo. «El nido tiene ese componente de acogida», explica la artista, «aunque reside en un ambiente hostil», por eso dos de sus obras escultóricas son un conjunto de varillas verticales que sostienen un nido creado con lana de oveja.

En la creación de sus obras utiliza materiales de reciclaje que pueden haber recogido de la naturaleza o material en desuso que después ha sido transformado. Para enmarcar algunas de sus obras ha utilizado láminas de antiguas botas de vino, también antiguas herramientas de labranza de la isla de Formentera. Parte de los materiales que emplea proceden del Pirineo, su lugar natal, las Pitiusas o del África tropical.

Su obra no la siente como individual y reconoce que «detrás de la producción hay mucha colaboración».