Los relatos, anécdotas y chistes que se contaban en el bar de la familia de Antoni Cardona Bonet (Sant Jordi,1953) son los cimientos sobre los que este autor y editor ha construido ´Contances velles d´Ibiza i Formentera´ (Ed. Can Sifre), un conjunto de relatos breves que se presenta hoy a las 19 horas en el Club Diario de Ibiza con Joan Josep Guasch, exdirector del almanaque El Pitiús, como conductor del acto. El libro puede considerarse una continuación de ´Romanços per a després d´una vidassa´, un libro escrito por Cardona hace 25 años que tuvo un gran éxito editorial en la isla.

Este escritor, profesor y editor ha creado en este caso un retrato sociológico de las Pitiusas del siglo XIX y principios del XX en el que pasea por el campo ibicenco de la agricultura tradicional y las matanzas, por las costumbres funerarias, la religión e incluso por la gastronomía.

Cardona no se ha limitado a transcribir las historias y chistes de su infancia sino que las ha articulado sobre historias literariamente elaboradas, de modo que el libro es un compendio de relatos cortos en los que pesa tanto la realidad como la ficción. «Son historias inéditas, bibliográficamente originales», describe el autor, que ha cuajado el libro con diez ilustraciones que proceden de cerámicas de su gran amigo Toniet.

El libro no está exento de una cierta nostalgia hacia una isla que ya ha desaparecido en gran parte. «La Ibiza que retrata es la isla en la que los negocios como los restaurantes, los bares o los comercios se llevaban de generación en generación, no como ahora, que pueden cambiar de dueño de temporada en temporada o cada pocos años. Los bares y las tiendas eran de toda la vida», relata Cardona.

En el libro hay, según el autor, dos temas recurrentes: la religión y el sexo. «Las canciones tradicionales ibicencas tienen un carácter sexual muy marcado y las narraciones también. En lugar de reprimirlo incluso lo exagero, pero siempre desde una manera literaria, no gratuita. Ni siquiera cuando el vocabulario parece fuerte, porque en realidad era el que se utilizaba en aquel tiempo», reflexiona el autor, que recuerda que en Ibiza el sexo siempre ha sido importante en todas las historias antiguas «y se introduce sin pudor alguno».

Represión del sexo escrito

«El Franquismo reprimió completamente las referencias al sexo en la literatura, con lo que los primeros relatos costumbristas de Ibiza eran prácticamente infantiles», recuerda el autor, que bromea sobre el hecho de que en el régimen hubiese sido imposible publicar ´Contances velles d´Eivissa i Formentera´.

El cielo y el infierno también están muy presentes en el libro, «pero no desde un punto de vista católico sino desde el imaginario ibicenco». Así, en sus relatos, el cielo es una prolongación de la vida terrenal: «Lo que te gusta hacer en la tierra es lo que tú sueñas que harás en el cielo, que no es exactamente lo que dicen los evangelios -ríe- sino comer bien, celebrar fiestas, incluso una cierta lujuria. Es un cielo un poco pagano».

Al escuchar al autor hablar de su libro queda muy claro que se lo ha pasado en grande escribiéndolo. «Solo confío en que los lectores se lo pasen tan bien como yo me lo he pasado creándolo. Cuanto más grande era la barbaridad que escribía, más me divertía», admite el escritor, que subraya que la obra «está llena de humor en casi todas sus páginas».

Una de las dificultades del libro es que ha intentado emplear el vocabulario de la época en la que se localiza, para lo que se ha fijado narraciones antiguas de Isidor Macabich o de Joan Castelló Guasch, que recogen estos vocablos, muchos ya en desuso.