Las 17 fotografías sobre ses Salines que expone Joan Costa en la exposición ´La sal´ son grandes. Enormes. Gigantescas. Lo suficientemente grandes para guardar todos los recuerdos que el fotógrafo conserva de los más de dos años que le ha dedicado a este proyecto. Detrás de cada una de ellas hay una historia, afirma el artista en la impresionante sala, donde la muestra, que se inaugura este viernes a las ocho de la tarde, va tomando forma.

Señala una de ellas, con un cormorán que lleva un pez en la boca. «Me dijeron que había un ejemplar juvenil que no le tenía miedo a la gente. Me pasé días buscándolo sin encontrarlo, pero al final di con él. Pude jugar e incluso fotografiarlo comiendo», detalla. También pasó horas esperando que descargara uno de los barcos de sal. Esperando que llegara a primera hora de la mañana, el momento en que la luz era más propicia. La del montón de sal que se refleja en el agua hubo que cambiarla. En pequeño se veía bien, pero al imprimirla para la muestra (2,40 por 1,60 metros) se dio cuenta de que estaba un poco desenfocada, así que hubo que buscar otra imagen de la misma serie. «Estas de día son las más complicadas. De noche, con el trípode, no hay problema», añade dando una vuelta por la sala, mirando las imágenes sobre la pared de piedra.

Una de ellas no se ve. Está cubierta con una tela blanca. «Había unos pájaros ahí arriba», justifica Joan Costa mientras varios técnicos se afanan con los focos que harán brillar las fotos. Y no metafóricamente. Algunos detalles de todas ellas están tratados con un material brillante, el reflejo del agua, los bancos de la iglesia... «Es una técnica nueva de impresión que no conocía, me gusta, tiene un efecto tridimensional que me ha sorprendido», añade el fotógrafo, que sonríe cuando se le pregunta si se ha manchado mucho haciendo las fotos de este proyecto. «Con el trabajo de campo siempre te ensucias, yo lo disfruto mucho», comenta. Para la foto más grande de la exposición (5x3 metros), en la que se ve la posidonia en la zona de la Xanga, con la lente medio en el agua medio en la superficie, se mojó bien.

La implicación de la sal

La exposición forma parte de un proyecto que propuso él al Consell de Ibiza. «Siempre tengo una pierna en la isla, quería mostrar las tradiciones, las costumbres, el patrimonio, la parte social... La implicación de la sal con la cultura», detalla Costa, que es autor no solo de las 17 fotos de la exposición sino también de las 144 que aparecen en el libro ´La sal d´Eivissa i Formentera´, que se presentará este viernes, durante la inauguración.

«Ofrece una visión global de ses Salines, habla del turismo, de la actividad masiva, de la polémica con el aparcamiento en verano, de la necesidad de cuidarlas», detalla el fotógrafo, pasando las páginas del libro. El volumen, editado por Surumbam, cuenta con textos de Carmelo Convalia, Antoni Ferrer Abárzuza, Jaume Estarellas, Vicent Marí Palermet y Josep Colonques.

Seleccionar las imágenes para la muestra y el libro no ha sido fácil. Era importante la estética, pero también escoger aquellas que más se ajustaban a lo que quería contar, explica Costa, que confiesa que las imágenes con las que más ha disfrutado han sido las submarinas, las de los hombres recogiendo la sal y, especialmente, las de animales.