Mindi, una joven mujer guatemalteca, tiene la cara completamente deformada porque Esteban, su marido, se la partió en dos con un gran cuchillo. En 2010 posó para el prestigioso reportero gráfico de RTVE Francisco Magallón mostrando su rostro desfigurado y este jueves 15 de enero, cinco años más tarde, esa escalofriante imagen forma parte de la exposición ´Mujer. Todas somos una´, que se inaugura a las 20 horas en Sa Nostra, organizada por Acnur con la colaboración del Fons Pitiús de Cooperación.

Junto a Mindi hay otras 35 mujeres que miran al espectador desde mundos inhóspitos y crueles para su condición de femenina, países situados a muchos kilómetros de Ibiza que esta muestra pretende acercar.

La presidenta del Fons Pitiús de Cooperació, Mercedes Prats, presentó ayer la muestra que forma parte de la campaña ´Ser dona avui´, que incluye actividades de concienciación como talleres y ciclos de cine, entre otras propuestas. «El hecho de ser mujer aumenta el riesgo de padecer violencia de todo tipo, especialmente en países en conflicto», destacó la también consellera de Bienestar Social, que destacó el papel de Acnur para evitar in situ prácticas como los matrimonios forzados, los abusos sexuales como arma de guerra, las ablaciones o la violencia doméstica en todas sus variantes.

Acnur, que es el Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, destaca en la justificación de la muestra que pretenden hacer visibles «a unas mujeres que por el androcentrismo viven en la invisibilidad, la negación de sus derechos y la ocultación de sus aportaciones», explican.

El rostro de una mujer mauritana sometida a la ablación del clítoris va acompañado de un texto del autor, Magallón, en el que se relata que esta práctica se justifica porque, según la tradición, «elimina una parte impura, garantiza la fidelidad y evita la impotencia del marido. Excusas que esconden una carnicería que mantiene presas a las mujeres».

Francisco Magallón es reportero gráfico de Televisión Española desde el año 1983, lo que le ha permitido visitar lugares de todo el mundo y conocer rostros de mujeres de todo el mundo que ha retratado. Su trabajo le ha hecho merecedor de premios como la Medalla de Plata 2002 y Bronce 2005 en el New York Festival, el Premio José Couso de Periodismo o el Primer Premio de Periodismo de la Fundación Pfizer.

España no se libra de sus denuncias. Con la imagen de una joven mujer gitana, el fotógrafo advierte de que «aún falta un lugar igualitario y justo donde los derechos de las mujeres estén plenamente garantizados con independencia de su origen étnico».

Violadas con todas las de la ley

Una joven de mirada dura, a la que una cicatriz atraviesa la frente, ilustra el dramático capítulo dedicado al matrimonio forzoso. «En más de 50 países del mundo como Afganistán, Yemen, Bangladesh, India o Pakistán existe el matrimonio forzoso o precoz, generalmente en ambientes rurales. Las niñas tienen un promedio de once años cuando son entregadas pero incluso en ocasiones son menores de esa edad», apunta el fotógrafo, que se refiere a este tipo de uniones como violaciones consentidas.

La violencia en muchos casos se hace visible a la cámara, como en el caso ya citado de Mindi, o en otra de las imágenes más duras de la muestra, que retrata a una mujer asiática con la piel apergaminada, a la que le falta un ojo. «En algunos países del sudeste asiático cientos de mujeres son desfiguradas cada año con ácido o líquidos hirviendo», denuncia Magallón en esta fotografía que es tal vez la instantánea más clara del desequilibrio entre derechos del hombre y la mujer.