La asociación de apicultores de Ibiza rinde homenaje esta tarde, a partir de las 20 horas, en el Club Diario de Ibiza a los fundadores de este colectivo que se constituyó el 27 de noviembre de 1989. El acto coincide con el 25 aniversario de la creación de la entidad que reconocerá el trabajo de sus fundadores: Vicent Tur Noguera, José Marí Juan (ambos a título póstumo), Francisco Prats Ribas, José Tur Ferrer, Miguel de la Heras García y Miquel Planells Ramón. En el acto intervendrá el conseller ibicenco de Agricultura, Antoni Marí, y el presidente de la Associació d´Apicultors, Antoni Escandell, y se proyectará el documental ´Las abejas y las flores´.

La asociación nació por iniciativa de Vicent Tur, al que se le ocurrió, en 1989, poner un anuncio en Diario de Ibiza para contactar con personas interesadas en la apicultura y constituir una asociación. Enseguida recibió decenas de llamadas y dos años más tarde se celebró la primera asamblea con los 42 primeros asociados. Con el paso del tiempo y tras pasar por distintas etapas y directivas este colectivo ha ido creciendo hasta contar en la actualidad con 108 asociados que gestionan en total 1.860 colmenas, distribuidas en distintos enclaves.

El portavoz de los apicultores, Vicent Marí, también destaca la ayuda del técnico del Consell de Ibiza Javier Pablos, que asesoró a los apicultores, tanto desde el punto de vista técnico como legal para crear la asociación. Durante esos años mantuvo diversas actividades entre las que destaca la instalación de colmenas en el campo de aprendizaje de sa Cala, donde los alumnos de los distintos centros educativos de las Pitiusas tienen la oportunidad de observar cómo funciona una colmena y cómo trabajan en ella las abejas.

Vicent Marí también subraya todas las actividades de formación entre sus asociados: «Y la lucha cohesionada para defendernos del maldito varroa destructor». Este parásito de las colmenas es un ácaro que comenzó a aparecer en las Pitiusas en los años ochenta y que sigue representando actualmente el principal enemigo de los apicultores. Para controlarlo están obligados a realizar un tratamiento específico regulado por ley y sometido a inspecciones. Tanto es así que Marí señala que si no realizaran esos tratamientos anuales «las islas se quedarían sin abejas en dos años». La difusión de la actividad es otro de los objetivos de la actual directiva con la intención de dar a conocer los beneficios asociados a la apicultura y contar con más personas que se dediquen a ella.

El portavoz de la asociación confirma que hoy en día «la abeja sigue despertando interés, afortunadamente». Buena prueba de ello son los 30 nuevos asociados que se han inscrito desde finales de 2012 y a lo largo de 2013, «lo que quiere decir que se ha hecho más en un año que en los diez anteriores». Marí lo atribuye al auge de las campañas de difusión y formación que han realizado con la nueva junta directiva elegida en 2012, de la que es miembro. Apunta que el relevo generacional se realiza con lentitud ya que la media de edad de los socios es de unos 70 años, aunque insiste que la actividad se mantiene con las nuevas incorporaciones.

Uno de los atractivos que tiene esta apicultura es estar en contacto con la naturaleza: «Las abejas dependen de nosotros ya que si nos las cuidáramos, las curáramos, las diéramos de beber y alimento, se morirían». El objetivo final que se propone la asociación es «hacer ver a la sociedad los beneficios de la apicultura».