­Jean-Claude Englebert (Bélgica 1937- Ibiza 2008), conocido como Eka, fue un dibujante singular, único e irrepetible. Nunca se planteó su obra como algo a tener en cuenta para la posteridad, era su forma de vivir, de respirar, de sentir. Incluso huyó de los círculos artísticos más académicos de las Pitiusas, pero dejó su impronta en el mundo de la cultura. Su taller fue la calle y su inspiración las escenas cotidianas que dibujó con bolígrafo, lápiz y tinta china.

Las personas que le conocieron recuerdan su forma de entender el arte y la vida como algo cercano, accesible, sin mayor pretensión que la de comunicar lo que veía a diario, sentado en la terraza de alguna cafetería. Primero llegó a Formentera desde las islas Canarias y luego decidió trasladarse a Ibiza, donde falleció.

Eka hablaba poco y dibujaba de forma compulsiva, desde la mañana hasta la noche. Su obra, poco valorada en vida, cobró importancia y fuerza tras su fallecimiento, como los grandes artistas, aunque él nunca se consideró como tal. Lo singular de este creador era su capacidad de reproducir con trazos de bolígrafo o lápiz lo que le rodeaba, de forma rápida, minuciosa, precisa, trabajando con sus trazos las tramas de sombras y luces para representar otra forma de entender el mundo.

De formación autodidacta comenzó a dibujar en Avignon (Francia) cuando tenía 50 años y de esa forma se fue ganando la vida dibujando magistralmente sobre manteles de papel, posavasos y cuadernos. Su primera exposición en las Pitiusas fue en 1997, concretamente en octubre, en la sala de exposiciones de La Caixa de Sant Francesc. Más tarde expuso en la sala municipal y luego en el Club Diario de Ibiza, corría el año 2007.

Movido por su inquietud vital y su poca preocupación por el futuro dejó por donde pasó numerosos dibujos a amigos y amantes del arte. Incluso algunas de sus obras siguen colgadas desde entonces en locales como el bar del Centro o la Fonda Pepe, en Formentera. Aunque también en Ibiza se pueden encontrar sus dibujos en diversos establecimientos.

En Formentera llegó a colaborar con el Museo Etnológico con ilustraciones que reproducen objetos y herramientas tradicionales y también con la desaparecida revista de cómic ´Cosmos Factory´. Cuando decidió irse dejó toda su obra, más de 1.200 dibujos y bocetos, a David y Sabine Vergara, quienes la custodian y cuidan. Estos dos promotores culturales que coordinan la sala de Cultura han considerado oportuno revivir el espíritu de Eka con la muestra.